(Continuación) Una especie de vacuna contra ‘coronabulos’, de la que le pongo negro sobre blanco un prontuario preventivo de muestra, acerca de la carga falaz y falta de pruebas científicas de ciertas afirmaciones negacionistas.
‘Coronabulos’
a) El coronavirus no
existe porque no cumple los ‘Postulados de Koch’, y la pandemia
infecciosa es un montaje, una farsa de la medicina ortodoxa. Un posicionamiento
que no deja de ser curioso e inquietante, pues no les impide hacer negocio con
la venta del milagrero y peligroso ‘MMS’ como panacea curativa universal
y, por ende, del SARS-CoV-2. El tal ‘MMS’, en realidad, es una
disolución similar a la lejía industrial y por tanto tóxica. Caución con
la ignorancia química.
b) La mascarilla no sólo
no sirve como prevención, sino que además es perjudicial para la salud pues, de
un lado disminuye el porcentaje de oxígeno, O2 (g) que
inhalamos y, del otro, su uso diario provoca a largo plazo enfermedades de tipo
neurodegenerativo. Algo falso de toda falsedad.
Y tres cuartos de lo mismo podemos decir acerca del argumentario sobre la ineficacia del mantenimiento de la distancia física, el confinamiento o la cuarentena. Una beocia o, como quien dice, seguir por razonamientos encadenados hasta alcanzar el vórtice de la estupidez.
Suma y sigue
Tras las mentiras e
inexactitudes sobre el microorganismo, la enfermedad, la transmisión o las
medidas de prevención, ahora le toca el turno a los test para su diagnóstico y
las vacunas que buscan detenerla o, mejor dicho, a las supuestas y suspectas
finalidades que, según ellos, se pretenden.
c) Las PCR no
sirven, una afirmación que ponen en boca de, nada menos, Kary Mulllis
(1944-2019) el mismo inventor de la PCR, quien por supuesto no dijo nada al
respecto. Es tan incierto como que la revista ‘Nature’ haya publicado un
artículo del que se deduce que un 80,2% de las PCR positivas son falsas. No.
Y rizando el rizo del disparate, no hay el menor atisbo de prueba científica que avale otra de sus afirmaciones, la de que llevar mascarilla aumenta la probabilidad de dar positivo en una prueba PCR. Es del todo incierto.
d) Y de las vacunas
qué decirle. Sus estultas afirmaciones van desde que con ellas el malevo Bill
Gates (1955) pretende introducir en nuestros organismos un microchip,
lo que supuestamente le permitirá controlar a la población mundial. Hasta que
quieren esterilizarnos e incluso matar a, digamos, unos quinientos millones de
nosotros.
Pasando por algunas otras
como que, gracias a su composición pueden modificar los genes de los
seres humanos, al ser una vacuna (la de Pfizer y Moderna) de ARN
mensajero, transformándonos en seres transgénicos. O que otra de ellas
lleva entre sus ingredientes “tejido pulmonar de varón caucásico abortado de 14
semanas”. ‘Ad nauseam’.
En fin, alguien dijo en cierta ocasión que la estupidez insiste siempre, y otro, que la realidad tiene límites, pero la estupidez no. Coincido con ambos. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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