lunes, 3 de agosto de 2020

¿Es de oro esta joya? Métodos caseros: Prueba mecánica (1)

(Continuación) Recordar de los tiempos bachilleres que este noble metal es inoxidable en presencia de agua, aire y sulfuros, de hecho, no se oxida independientemente de las condiciones físicas, temporales o termodinámicas en las que se encuentre. De modo que si lo hace, nuestro objeto lo más probable es que tenga un baño, éste se haya desgastado y, dado que el alma de la joya es de otro metal que no es inoxidable, haya aparecido el óxido.
Prueba mecánica: Técnica del sonido
Sólo apta para personas con el oído fino. Si dejamos caer una moneda de oro desde unos quince centímetros (15 cm) de altura sobre una superficie lisa y dura, el tono del sonido (ondas mecánicas) que emita su choque nos puede poner en la pista sobre autenticidad. Un tintineo limpio y agudo (sonido de alta frecuencia) habla en principio bien sobre su composición, pero si, por el contrario, suena hueco o es un sonido de tono más grave (baja frecuencia), deberíamos desconfiar.
Una buena superficie para realizar esta prueba es el mármol, razón por la que antiguamente los mostradores de las tiendas eran de este mineral. Ahora que caigo, hay un referente cinematográfico relativamente reciente de este vínculo entre el oro y su sonido sobre una mesa, que pertenece a la película El Pianista, 2002, (Óscar al mejor actor y a la mejor dirección), dirigida por Roman Polanski e interpretada por Adrien Brody encarnando el papel de un concertista de piano, Wladyslaw Szpilman.
La escena tiene lugar dentro de un café del Gueto, exclusivo para judíos de clase social elevada, mientras Szpilman interpreta una pieza al piano cuando, de repente, el dueño del local le hace señas para que deje de tocar, necesita del más absoluto silencio en la sala.
La razón no es otra que lo que está a punto de ocurrir en una mesa cercana, donde hay sentados tres hombres y uno de ellos se dedica a golpear contra el mármol del velador todas y cada una de las monedas, supuestamente de oro de un montoncito.
Tras escuchar el tintineo, unas pasan a otro montoncito, las válidas, y otras son descartadas. La escena refleja una transacción comercial en tiempos de necesidad y una vez finalizada, el propio estraperlista, tras agradecer el silencio, indica al pianista que puede seguir entreteniendo al público del café. Fantástico sonido el del tintineo.
Prueba mecánica: Morder el oro
Ya ha aparecido en esta tribuna la prueba del mordisco -sea en las versiones cinematográficas y literarias de los buscadores de oro, los vaqueros del oeste estadounidense, los piratas europeos o los comerciantes de todo el mundo- como método para averiguar su autenticidad. (Continuará)
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