(Continuación) Canto épico del que le ofrezco unos clarificadores
versos:
Desde el lugar en que parado habían, / a la
vez abarcaba la mirada
los rudos montes en que entrar debían / y la
extendida vega matizada.
¡Un paso más..., y nunca ya verían / el
mágico horizonte de Granada!
¡Un paso más..., y de su vista ansiosa / desparecía
la ciudad hermosa!
El Moro aquel altivo y prepotente / se
apartó de familia y servidumbre,
y silencioso, tétrico, doliente, / quedó
como clavado en la alta cumbre.
En ellos como puede ver, nada
de llanto ni suspiros, si acaso mucha amargura eso sí. Ya en otro orden de
asuntos, 1867, es el año en el que nace la científica polaca Marie Curie
(1867-1934), doble nobelesa al serle concedido el Premio Nobel de Física
en 1903 y de Química en 1911. Una rara avis.
Y también cuando ve la luz
el primer tomo de El capital. Crítica a la economía política, del
intelectual alemán Karl Marx (1818-1883), sin olvidarnos que es el año
en el que se publica póstumamente el teorema de la divergencia, con el que
en 1835 el científico alemán Carl Friedrich Gauss (1777-1855) describió el
campo eléctrico en forma diferencial.
Ni lágrimas ni reprimendas ni puerto. La verdad de
la mentira: Villena, Guevara
Por último, ya en el
siglo XXI el escritor, granadino como no, Leonardo Villena sostiene que el
rey musulmán de la dinastía nazarí ni lloró ni suspiró ni fue recriminado por
su cruel madre, al menos, en el paraje geográfico de marras en el que, además y
en su opinión, nunca estuvo. Lo hace en su libro de 2007 El último suspiro
del rey Boabdil donde desmonta muchas de las falsedades que rodean a la biografía
de la familia, la mayoría intencionadas, y entre ellas la que nos trae.
El autor considera que,
tras el destierro del reino de Granada en 1492 y camino del señorío en las
Alpujarras que les fue cedido, él y su séquito nunca pasaron ni se detuvieron
en el hoy conocido como Puerto del Suspiro del Moro y sí en unas crestas
serranas de El Padul, en el puerto de 'El Manar', por la sencilla razón de que
por allí discurría el camino de la Alpujarra.
Para Villena el origen de
la leyenda está en un invento y bulo pergeñado por el escritor y eclesiástico
cántabro, uno de los más populares del Renacimiento, Fray Antonio de Guevara
(1480-1545), obispo de Guadix y de Mondoñedo, en el verano de 1526, o sea,
treinta y cuatro (34) años después de ocurridos los hechos.
Todo apunta a que se sacó
de la manga semejante falacia para hacer méritos y ganar crédito ante Carlos I
de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico, cuando visitó Granada en el
verano de 1526 durante su luna de miel tras el matrimonio con su prima Isabel
de Portugal. En definitiva, un bulo para poder lucirse ante el emperador.
(Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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