(Continuación) Me refiero a la de 'Llora como una
mujer lo que no supiste defender como hombre', pero esa es otra historia que
habrá de ser contada en otro momento, ahora toca la del escatológico oro
cagado.
‘Oro del que cagó el moro’. Leyenda
Empezó diciéndole a los enviados que le preocupaba la idea de que se
supiera que volvía a Granada con semejante cantidad pues en el viaje serían
inevitablemente asaltados, robados y asesinados con lo que no recuperarían ni uno
solo de los maravedís. Y remató con una ocurrente propuesta. Volvería a Granada
aparentemente sin cofres ni dinero, pero acompañado de diez de sus criados más
fieles cada uno de los cuales habrían tragado previamente, mediante
una técnica especial y secreta nazarí, y delante de los emisarios, una cantidad
de oro y gemas suficiente para satisfacer su deuda. Una vez en la ciudad, los siervos defecarían y con ello todos
quedarían en paz, lo que pareció bien a los cristianos y dicho y hecho. Sin
embargo...
A todo esto, Boabdil, ya había puesto pies en polvorosa y tras el engaño fue
cuando empezó a utilizarse la expresión que nos trae hoy, una especie de
latiguillo que cinco siglos después aún utilizamos cuando alguien nos asegura
que un objeto estaba hecho de oro y le respondemos: “Sí, sí, oro del que cagó
el moro” ¿Qué le parece la historia? ¿cierta o incierta? ¿Cagó
realmente oro el moro? ¿Se cree la ocurrencia de Boabdil? En cualquier caso…
En cualquier caso
Aparte de lo evidente -con la rima fácil del dicho popular castellano
mostramos que el objeto que tenemos delante es de oro de baja calidad, no es de
ley, o que incluso es falso, no es ni siquiera oro- a pocos escapará el
indudable componente xenófobo de la expresión, antimorisco en este
caso, que tiene un triple origen.
En primer lugar, viene motivado por la presencia durante siglos de los
árabes en la península ibérica, y ya se sabe lo que hace el roce entre los
humanos. En segundo lugar, por su fama de falsificadores de monedas y joyas, bien
por estar rebajadas en su ley o bien por ni siquiera ser de oro sino tan solo un
artículo de bisutería barata, que hace que en principio no tengan el valor que ellos
le atribuyen. Una fama de falsarios y de hombres de “poca fe” (cristiana) de
los moriscos, pese a estar bautizados, que les acompañó siempre. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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