(Continuación) …No, no lo son, si fueran los de un hombre. Pero se trata
de una mujer, y esa circunstancia de género tiene un plus añadido de dificultad,
que no podemos desdeñar a la hora de valorar los méritos en términos relativos.
O sea, que tampoco.
No obstante
No obstante, tengo para mí, que el mejor legado de la Leonida nos llega de la mano de su perseverante
lucha por la igualdad. Empezando por
su rebelión contra ‘las tres K’ (kirche,
kinder, küche), que le llevó a convertirse en una de las primeras mujeres
ingenieras reconocidas, y más o menos conocidas, de la historia.
Y después continuando con su buen hacer profesional, con el que derribó
buena parte de los antañones cánones que marcaban a las mujeres en la sociedad
clasista de la época. Por aquel entonces, como en tantas otras actividades y
estudios, la ingeniería estaba
considerada una tarea solo de hombres, dada su especial dureza y exigencia
física.
Algo que nunca podrían hacer las mujeres, más predispuestas por la
naturaleza para dedicarse al cuidado de la casa y a la educación de los hijos. Un
algo que, a la vista está, nuestra ingeniera se encargó de demostrar que no era
más que un prejuicio erróneo y un argumento banal. Uno más.
Y por supuesto ahí quedan sus contribuciones en el campo de la geología y sus nuevos métodos de análisis de minerales y
sustancias, o en el liderazgo y tutela de diferentes laboratorios y grupos de investigación
y docente. O sea, que sí.
Entre dos aguas
Visto así, es evidente que Elisa
Leonida fue sin duda una de las mujeres que más ha ayudado a cambiar la
historia de las mujeres, al facilitar su reconocimiento e inserción laboral en
los campos científicos y docentes y hacerlo en condiciones de igualdad con los
hombres.
Sin embargo, se lo decía más arriba, el nombre de Elisa Leonida Zamfirescu puede que resulte casi desconocido en
estos tiempos que corren, para una buena parte del público. De ahí que no me
parezca mal su aparición en un doodle,
aunque por supuesto hay otros muchos científicos, masculino genérico, que
también deberían aparecer o haber aparecido ya.
Les dejo con parte del discurso que, en la graduación con honores de Leonida, pronunció el decano Dean Hoffman, sí el de las tres ‘K’ (kirche, kinder, küche), al
entregarle el título. Ya sabe que dijo aquella de: “Die Fleissigste der Fleissigsten” (la más diligente entre los más
diligentes).
Pues bien, hubo muchas más frases elogiosas reconociendo su valía y
capacidad:
«Quien haya dicho que la mujer no es capaz de un trabajo intenso y
serio, ciertamente está equivocado. Nuestra compatriota, la señorita Elisa
Leonida, en lugar de estudiar Literatura o Medicina, o incluso peor, Derecho,
estudió Ingeniería en Charlottenburg. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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