Hace poco más de 24 h me
llegaba este comentario al blog, asociado a la última de las entradas de la ingeniera rumana Elisa Leonida Zamfirescu, y en el que se puede leer: “En mi opinión, hay otros científicos,
mujeres y hombres, con más méritos como para ser homenajeados con un 'doodle'…”.
Un punto de vista que nada más
leerlo me hizo pensar que no estaba falto de razón, y que era merecedor de una
reflexión y posterior ‘enroque’, por lo que me puse manos a la obra. Puesto y realizada
la primera de las tareas, tienen ante sus ojos la segunda.
Vaya por delante que me falta
la formación académica necesaria y que carezco de la perspectiva histórica suficiente
como para que mi opinión, no pasa de ahí lo que sigue, sea realmente de
interés. Pero bueno, al que da lo que tiene no se le puede pedir más.
Opinión ‘enrocada’
Es más que probable que el
señor Buendia tenga razón, y que haya otros científicos sin doodle aún, y sin embargo con más
méritos que la rumana, claro que es posible. Pero convendrán conmigo, que no es
ésta la ventanilla donde presentar dicha queja pues, como dice el dicho, “las reclamaciones al maestro armero”.
En cualquier caso y yendo a lo
que vamos, los méritos de la científica están ahí y son los que son. En el
terreno de lo personal y humano, Elisa,
como otras tantas mujeres a lo largo de la historia, no tuvo nada fácil hacer
realidad su vocación intelectual y el desarrollo de su profesión científica.
Y como tantas otras fue
discriminada, humillada y marginada en la consecución de dichos intentos y, como
estotras más, hasta tuvo que cambiar de país para poder cumplir su sueño. En
fin, qué les voy a contar que ustedes no sepan o intuyan, acerca de las
relaciones entre mujeres, hombres y ciencias. O sea, que no.
En lo que respecta a otros
méritos, es cierto que quizás los científicos de laboratorio, académico y de
campo, dentro de ser importantes, en términos absolutos, no sean de una
especial, especial, relevancia… (Continuará)
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