jueves, 9 de agosto de 2018

‘Johnny Guitar’. Una película diferente

Para muchos se trata de uno de los wésterns más extraños, líricos y bellos jamás rodado. La historia de un gran amor recogida en cientos de secuencias cinematográficas, donde los sentimientos están muy por encima de los acontecimientos.
Dirigida en 1954 por el cineasta estadounidense Nicholas Ray (1911-1979) y basada en un guion de Philip Yordan, arranca con la visión de un jinete solitario Johnny (Sterling Hayden) y su llegada a un pueblo donde está su destino final, el salón propiedad de Vienna (Joan Crawford). Un antiguo amor del que desea reavivar las llamas de la vieja pasión que vivieron juntos.
Amor de película
El hombre, un pistolero que hastiado de su pasado violento viaja sin pistola al cinto, lleva sin embargo una guitarra a la espalda como toda propiedad. Ahora prefiere tocar antes que disparar. Y la mujer, que viste pantalones y lleva pistola al cinto, es orgullosa y maneja con mano dura su negocio.
Dos presentes muy distintos aunque el pasado de ambos es el mismo. Un lacerante amor frustrado y mutuo en el que, con el encuentro y sin decirlo, los dos buscan una salida para sus vidas, quizás un futuro común. Ella, superviviente en un mundo de hombres, lo hace desde el desamparo y la angustia, y él, escéptico, desde la lejanía y la desconfianza. Y hasta aquí les puedo contar de la película Johnny Guitar.
Si la van a ver, cosa que les aconsejo, no se equivoquen, no es un western cualquiera o, mejor dicho, no es sólo un western. Hay pistolas y caballos, sí, pero no son más que parte del decorado, una simple excusa para escudriñar a seres humanos que están al límite de sus sentimientos, en la frontera de la vida y la muerte.
Estamos ante una bellísima historia de amor, donde las miradas lo dicen todo y las palabras, las palabras, son el complemento perfecto del alma desnuda de sus protagonistas. Como cuando pregunta Johnny: “¿A cuántos hombres has olvidado?” y Vienna responde: “A tantos como mujeres recuerdas tú”.
No me digan que no reconocen tras esas palabras a dos corazones disfrazados de dureza e indiferencia, bajo los que ocultan ternura, aflicción y el deseo de ir en busca del amor perdido ¿A que sí? En mi opinión, del todo prescindible por supuesto, esta película es uno de esos escasos ejemplos que no sólo redefinen un género, sino que lo transcienden. Mi consejo, que no se la pierdan.
La decisión de amar
Los que saben de las cosas del querer dicen que la pasión es lo primero que nace en un amor, si bien es lo que antes se apaga. Que junto a ella pero desplegándose más despacio va la intimidad y que más tarde, pero no siempre, lo hace el compromiso.
Entre los humanos el acto de comprometerse está considerado como una señal de adultez, ya que implica la toma de dos importantes decisiones: la de querer amar a alguien en concreto y la de mantener ese amor. Circunstancias, ambas, propias de un ser adulto. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.




1 comentario :

oscarín dijo...

Es muy buena idea pero, ¿tiene algo que ver con la ciencia?