martes, 11 de junio de 2024

‘Sapiens’, humano, persona [CR-271]

[Esta entrada apareció publicada el 07 de junio de 2024, en el semanario Viva Rota, donde también la pueden leer]

No es infrecuente que en una conversación intercambiemos los términos del titular como si fueran equivalentes, y hacerlo sin ser conscientes del error que cometemos, más grosero de lo que en un principio nos pudiera parecer, aunque explicable quizás por el hecho de que los humanos actuales somos las tres cosas a la vez.

Sin embargo, aunque nos sorprenda, no todos los humanos son ‘sapiens’ y no todas las personas son humanas sí, como lo lee, en puridad es así pues si bien humano o persona humana y ‘homo sapiens’ pueden usarse como sinónimos, hay voces que amplían el concepto de “humano” también a nuestros parientes extintos más cercanos: ‘homo neanderthalensis’, ‘homo erectus’ u ‘homo habilis’.

Especies con su propia cultura, producción de herramientas y otros rasgos que, en definitiva y por su grado, cuesta separar de lo que consideramos humanidad; ergo, no todos los humanos son, o mejor dicho han sido, ‘sapiens’.

‘Homo’, especie del orden de los primates perteneciente a la familia de los homínidos, un género que estuvo diversificado y durante el último millón y medio de años incluía a otras especies, pero que, desde la extinción del ‘neanderthalensis’ hace 28 000 años, la ‘sapiens’ es la única conocida del género homo que aún perdura.

Luego todos los ‘sapiens’ son (somos) humanos o personas humanas, pero no todos los humanos son ‘sapiens’; una matización que no queda ahí pues en algunos entornos ha surgido el concepto de “personas no humanas”, para referirse a grandes simios entre los que se incluyeron en principio a chimpancé, bonobo, orangután y gorila, y con posterioridad a gibones, siamang, babuinos, cercopithecus, macacos o mandriles entre otros.

La propuesta sin duda obedece a la intención de crear una figura jurídica con la que dotar a ciertas especies de animales, a fin de proteger sus derechos; un status justificable por poseer elevadas capacidades cognitivas y notable inteligencia en comparación con el resto de las especies. Y hasta donde sé, en esas estamos.

Un cambio por el que, aunque nuestra especie lleve aquí unos 200 000 años, lo que se dice apenas un suspiro biológico, desde el punto de vista de lo que consideramos ahora conjunto de personas, género humano, humanos o humanidad se remonta a mucho más atrás hasta 500 000 años antes del primer ‘homo sapiens’.

Más o menos cuando, por lo que ahora conocemos como Sudán, se movían ejemplares de ‘erectus’, unos humanos diferentes a todo lo que conocemos, pero mucho más avanzados de lo que sospechábamos. 

Así lo prueban los cientos de herramientas encontradas en el yacimiento de la ciudad de Atbara, que diferentes pruebas afirman fueron talladas hace 700 000 años; y no se descarta que a mayor profundidad se puedan encontrar herramientas de un millón de años de antigüedad.

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

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