(Continuación) La más bochornosa porque le recuerdo que hasta este momento y desde 1910 Einstein había sido nominado al Nobel de Física en sesentaiuna (61) ocasión -casi siempre fue por su teoría de la relatividad aunque también por su explicación cuántica del efecto fotoeléctrico, basada en la interpretación fotónica-, y rechazado otras tantas.
Pero sabido es que a la sexagésimo segunda (62.ª) fue la vencida y en
ella tuvo mucho que ver un viejo conocido, el profesor de física teórica
de la Universidad de Uppsala, el sueco Carl
Wilhelm Oseen (1879-1944) aprovechando una circunstancia favorable y
una estrategia muy planeada.
Circunstancia luctuosa
y…
La primera vino de la mano del
fallecimiento de Hasselberg y su plaza
en el Comité que quedaba libre y para la que fue propuesto y aprobado por
votación Oseen el 30 de mayo de 1922, quien en 1921 ya había nominado a Einstein
para el premio.
Pero por el efecto fotoeléctrico no por la relatividad, consciente como era, y de primera mano, de la animadversión del comité hacia todo lo que oliera a relatividad, por desconocimiento de la materia, y física teórica, por prejuicios académicos frente a la experimental.
Además, para este año de 1922 había un
problema añadido, los científicos alemanes habían propuesto al físico danés Niels
Bohr (1885-1962) por sus aportaciones en el conocimiento del átomo y la
mecánica cuántica, un escollo más que salvar y para el que desarrolló una
estrategia. Oseen, un hombre, cuentan, arrogante y pretencioso que desde
entonces dominaría el comité durante más de dos décadas y que tenía entre ceja
y ceja concederle el Nobel de Física de ese año a Einstein.
… estrategia
nobelera
Pero no convencido del todo por la relatividad, y a modo de tirón de orejas al relativista, preparó un nuevo informe sobre el efecto fotoeléctrico y otros trabajos del genio en física cuántica, y lo propuso para el premio. Lo que fue aceptado por el siempre reticente Gullstrand, quien dio su brazo a torcer si se concedían dos premios a sendos físicos cuánticos.
Una propuesta en la misma línea de la de Planck, y una idea
que Arrhenius aceptó como,
quizás, única opción para prestigiar el galardón algo deteriorado por el asunto
relativista, y que Oseen remató con una original idea.
Una proposición según la cual, se concedería a Einstein,
con carácter retroactivo, el Premio Nobel en Física de 1921 por el
‘descubrimiento de la ley del efecto fotoeléctrico’ -una ley fundamental
plenamente comprobada, pero de inferior alcance científico a la aportación
relativista-, y el Premio Nobel en Física de 1922 al físico danés
Bohr por su modelo atómico basado en las leyes que explicaban el efecto
fotoeléctrico. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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