[Esta entrada apareció publicada el 03 de noviembre de 2023, en el semanario Viva Rota, donde también la pueden leer]
(Continuación) Una entidad extraterrestre ficticia, ‘Cthulhu’, que a finales del siglo pasado bien pudo ser un “monstruo marino” real cuando, en el verano de 1997, unos oceanógrafos de NOAA detectaron un ‘rugido’ misterioso a menos de 2000 km del ‘Punto Nemo’ y al que denominaron ‘Bloop’. Un potente sonido de ultra baja frecuencia, mucho más fuerte que el emitido por una ballena azul, con el que se especuló fuera producido por un desconocido animal. No fue hasta 2002 cuando la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU. confirmó que se trataba del sonido producido por el resquebrajamiento del hielo a miles de kilómetros. Grabaciones de sismos glaciares, agrietamientos y fracturas de grandes icebergs o el roce de estos con el fondo oceánico así lo demostraron al compartir similitudes acústicas. Ciencia frente a creencia.
Aunque a veces puedan coexistir ambas, como ocurre con el álbum de 2010 ‘Plastic Beach’ lanzado por la banda virtual británica ‘Gorillaz’, que tiene un trasfondo de ficción al haberse grabado, supuestamente, en un estudio construido sobre desperdicios marinos agrupados en la misma latitud y longitud que el ‘Punto Nemo’ donde habrían conformado una especie de mini continente. Algo no tan inverosímil como pueda parecer pues un estudio de 2013 confirmó que en dicha zona existe una “isla” de basura cuyo centro está a 2500 km al noreste de dicho punto, una acumulación de metales, plásticos como el poliestireno, sedales y desechos provenientes de barcos y la zona costera. Música, creencia y ciencia.
Ciencia que nos dice que este punto se encuentra dentro de la corriente del Pacífico Sur, una vasta fuerza oceánica con una temperatura media de 5,8 ºC, que bloquea la entrada de aguas frías más ricas en nutrientes, impidiendo que haya alimento incluso en el fondo oceánico. Lo que unido a lo alejado y aislado que está de masas de tierra, por lo que tampoco el viento transporta hasta allí mucha materia orgánica, y a que dichas corrientes giratorias atrapan esos desperdicios y lo desmenuzan en pedazos muy pequeños, convierten a esta región marina en la menos activa, biológicamente hablando, del mundo.
Unos desechos que según los científicos podría desequilibrar el ecosistema marino permitiendo que algunas especies proliferen y otras no. No, ni siquiera el lugar más remoto del planeta parece que pueda escapar de los derrochadores hábitos de los seres humanos. Y volviendo una vez más a la ficción, en este caso cinematográfica, la película ‘Top Gun: Maverick’ (2022) ubica la base enemiga justo en el punto Nemo con lo que, al estar alejado de las rutas de navegación principal, evitaban conflictos diplomáticos con países con los que USA tuviera unas relaciones, digamos, tirantes. Cine, creencia y ciencia. ‘Tu reputación te precede’.
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