viernes, 22 de septiembre de 2023

Einstein, Nobel y Relatividad. Nominaciones fallidas: Arrhenius, Lenard

(Continuación) Es decir que más bien lo que había eran motivos para no dárselo a la relatividad como descubrimiento físico.

De lo experimental y lo teórico

Y con este sector crítico se alineó el, primero físico y más tarde químico, profesor sueco Svante August Arrhenius (1859-1927) galardonado con el Premio Nobel de Química en 1903 por ‘su contribución al desarrollo de la química con sus experimentos en el campo de la disociación electrolítica’.

Él redactó un informe interno (por supuesto negativo) sobre la relatividad general, explicando por qué Einstein no debía obtener el galardón; indicaba, no solo que el margen de error de las medidas tomadas durante el eclipse de 1919 por el británico Eddington excedía en mucho el efecto que intentaba medir, lo cual era discutible.

Sino que señalaba que los resultados eran ambiguos y aún no confirmaban el desplazamiento al rojo de la luz procedente del Sol por efectos gravitatorios, efecto Doppler, que también era discutible; el caso es que el comité académico estuvo de acuerdo con él y desestimó nuevamente su candidatura, esta vez a favor, como ya sabe, de Guillaume.

“Física aria” vs. “ciencia judía”

Y no queda ahí la cosa, aunque volveremos sobre él más adelante, destacar el antisemitismo imperante en la época y que personalizamos en esta ocasión en el físico húngaro nacionalizado alemán Philipp Lenard (1862-1947), ganador del Premio Nobel de Física en 1905 ‘por sus investigaciones sobre los rayos catódicos y el descubrimiento de muchas de sus propiedades’.

Él y su fuerte crítica a las que clasificaba como rarezas de la teoría de la relatividad generalizada, argumentando que no se basaba en experimentos y descubrimientos concretos; de hecho, solía catalogarla como una “conjetura filosófica”, una característica distintiva de la “ciencia judía”.

Afiliado en 1924 al Partido Nazi fue asesor de Hitler y cabeza visible de la “física aria”, algunos lo catalogaron de rabioso portavoz contra la “ciencia judía” en general y Einstein en particular; en la actualidad se le recuerda más por su actividad política que por su ciencia. En fin.

“Algo olía a podrido en el Comité Nobel de Física”

Pero por si todas estas adversidades fueran poco, no es menos cierto que el comité sueco tenía preparada su propia agenda para el destinatario del premio nobel de física de 1920, que no era otro que Guillaume, y la tenía preparada desde hacía bastante tiempo, vamos años, lo que se dice “la docena del fraile”, ya me entiende. (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.


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