(Continuación) Pero es que su primera mujer, Pitias de Aso, está considerada una pionera en biología y embriología, y colaboró en la elaboración de una enciclopedia sobre especímenes de seres vivos que recogieron durante su luna de miel. Es decir que ella trabajó con él con lo que eso implicaba, entonces, ¿a qué viene lo de los dientes?
Por último, Aristóteles, de gran influencia en la
civilización judeo-cristiana, fue discípulo de Platón que a su vez lo
fue de Sócrates y sabido es que estos dos últimos abogaron por la
educación de la mujer, algo que por lo visto no ocurrió con él que las
consideró inferiores ¿Por qué? ¿Dónde y cuándo se rompió la cadena de
pensamiento entre maestros y discípulo?
Una defensa
dentaria aristotélica
Quizás en este delicado asunto dentario femenino, quizás
insisto, pueda tener cierta defensa tan extraña afirmación si nos basamos en
unos estudios que confirmarían que, en aquella época, la dieta alimenticia de
mujeres y hombres era especialmente deficiente en calcio y vitaminas
C y D, una carencia que puede ser causa de diferentes enfermedades como el escorbuto,
la osteomalacia y la osteoporosis.
Unas enfermedades que entre otros indeseados efectos secundarios pueden producir la pérdida de piezas dentales, que se agravaría entre embarazadas y lactantes por motivos obvios. Así que es posible, después de todo, que Aristóteles sí contara los dientes femeninos, los contara bien y viera que había menos que en la boca de los hombres, pero claro estaban los huecos y alguna idea se haría sobre ellos.
Ya, ya. Ya sé que el planteamiento expuesto es débil
desde el punto de vista de la ciencia y que pinta, no digo negro, pero sí azul
oscuro casi negro, pero qué quiere, además no sé de otro para justificar otra
de sus afirmaciones, “Los machos tienen más dientes que las hembras, tanto
entre los seres humanos como entre las ovejas, las cabras y los cerdos”. Y
para más inri está lo de las costillas.
‘Aristóteles
dixit’. En el cuerpo humano: costillas
Según sus cuentas tenemos sólo ocho a cada
lado y no todos los humanos, ya que llegó a asegurar que ciertos miembros de la
raza de los turdetanos -ibéricos del mediodía, emparentados con los tartesios-,
nacían sólo con siete pares de costillas ¿Que por qué esos números? Pues ni idea.
(Continuará)
[**] El
original de esta entrada fue publicado el 19 de junio de 2023, en la sección DE
CIENCIA POR SEVILLA, del diario digital Sevilla Actualidad.
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