domingo, 2 de julio de 2023

Centenario de Einstein en España, 1923. Ecos de sociedad: los Cabrera

(Continuación) Dadas las circunstancias le decía, porque en el viaje que hizo Einstein a España, como en tantos otros, le acompañaba de manera constante su prima y segunda esposa Elsa, y además en Madrid, vivían los Korcherthaler familiares de ella.

Trato de decirle que eran unos condicionantes que no facilitaban, precisamente, encuentros del tipo como el del “té con una aristócrata señorita”; aunque, por supuesto, está lo mollar, la archiconocida fama de mujeriego del físico relativista. Y a lo que hay que unir un detalle más, el de la presencia del Rey Alfonso XIII, con quien había estado unas horas antes reunido, y cuya fama en ese terreno no le iba a la zaga.

Pero dejo aquí el asunto, la deriva que está tomando no parece la más adecuada a los intereses del blog, y me consta además que algo, no mucho es cierto, hay puesto negro sobre blanco para el que esté más interesado en la cosa ésta del corazón y las vísceras.

Incluso existe una novela, publicada a finales de la segunda década de este siglo XXI (2019) con algo más de datos, más o menos fundados.

Los Cabrera: José, Juan y Mercedes

Pero no es del hilo de este eco de sociedad einsteniense del que quiero tirar, pues prefiero tomar una segunda derivada que tiene como protagonistas a los Cabrera, familiares del físico Blas Cabrera y Felipe (1878-1945) principal introductor y defensor de la teoría de la relatividad en España.

Familiares como sus hermanos, el también físico Juan, rector de la Universidad de Zaragoza entre 1954 y 1968, y José, ingeniero que dirigió la construcción de la primera central nuclear española que, aunque lleva su nombre, es más conocida como Zorita, al estar a tres kilómetros de la localidad Zorita de los Canes en la provincia de Guadalajara.

Y también le traigo a estos predios a quien fue Ministra de Educación socialista entre 2006 y 2009, la historiadora madrileña Mercedes Cabrera Calvo-Sotelo (1951), que es nieta de José, sobrina-nieta de Blas y, como ministra zapaterina, nada más llegar al cargo, como el comandante siempre presente, la Cabrera, mandó parar.

‘Más deporte y menos latín’

Con la idea de que hasta aquí hemos llegado, con ella las disciplinas latín y griego pasaron a ser lenguas muertas, literalmente hablando, y se procedió a enterrarlas, todo sea por la educación ciudadana de los alumnos logseros debieron pensar unos y ‘Alea jacta est’, se lamentaron otros.

Por cierto, la ministra socialista consiguió lo que décadas antes no había podido todo un ministro franquista, el egabrense José Solís, la sonrisa del régimen, que se empeñó en quitar el latín del bachillerato con el pretexto de introducir una nueva asignatura, la gimnasia. (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

 


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