‘Cuando España pudo desarrollar armas nucleares’. Estará conmigo que todo junto, título y subtítulo, constituye un magnífico ejemplo de oxímoron pseudocientífico, al juntar en una sola frase el mundo de la tauromaquia y el de la física nuclear a través de dos palabras: el sustantivo nominativo ‘Islero’ y el adjetivo en número plural nuclear.
Por si no cae ahora, ‘Islero´, es el nombre del miura que, en la tarde del 28 de agosto de 1947, para setenta y seis años ya desde entonces, cogió en el coso de Linares a Manuel Rodríguez ‘Manolete’ y, el citado proyecto consistió en la fabricación de la primera bomba de fisión española.
De forma que
el ejemplar bibliográfico que le traigo hoy a este enrocado coso para ser
lidiado, no solo está entre las suertes de lo taurómaco y lo científico, sino que,
para más inri, también está en la de lo autobiográfico pues su autor, Guillermo Velarde Pinacho (1928-2018), fue director de dicho proyecto. Vamos,
lo que en lenguaje taurino viene a ser un ´coger el toro por los cuernos’.
Una especie de crónica contada en primera persona, entre científica y tecnológica, de la carrera nuclear que mantuvieron el gobierno franquista y los primeros gobiernos de la transición, desde el año 1963 a 1966 y desde 1974 a 1978. En palabras de Velarde, “una historia que pudo haber sido y no fue”, la de “la mayor aventura científico-técnica que ha emprendido nunca España”.
Una temática poco conocida -no solo por el relativo ocultismo
en el que se ha mantenido, sino por la dificultad cognitiva de los conceptos referidos-,
que sin embargo resulta de lectura atractiva y asequible para el lector medio, al
estar escrito el libro a modo de memorias en el que se entremezclan cuestiones científicas
y técnicas de física nuclear con anécdotas personales y vivencias públicas de su
autor.
Trato de decirle que esta narración, dada la delicada naturaleza de su contenido, no aporta ningún tipo de documentación oficial, ningún trabajo académico contrastado por historiadores de la ciencia, la tecnología o la economía.
No, nada por tanto de evidencia documental, solo la
palabra del autor la sustenta y de quien hemos de decir que, además de contar con
la general confianza y credibilidad de los expertos, sus afirmaciones se
ajustan a los indicios y evidencias encontrados en archivos históricos
extranjeros. Sí, es lo que parece y refiere el léxico taurino, ‘echar un
capote’.
Escrito con cierto carácter descriptivo sus 378 páginas albergan: un Prólogo; una Introducción; nueve Capítulos que llegan en orden casi cronológico hasta nuestros días y de los que algunos finalizan con unas Notas, lo que está bien pues facilita su consulta; un conveniente Apéndice biográfico, y un necesario listado de Acrónimos. Un libro recomendable si está interesado en informarse sobre este singular tema.
Por cierto,
fue el propio Velarde, del que no se conoce ninguna vinculación taurina, quién bautizó
Islero al proyecto, “en recuerdo del miura que mató a Manolete y que presentía
terminaría matándome a disgustos”, o sea, ‘que hasta el rabo todo es toro’.
AUTOR: Guillermo Velarde Pinacho
TÍTULO: Proyecto Islero.
Cuando España pudo desarrollar armas nucleares
EDITORIAL: Guadalmazán, 2016
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