miércoles, 30 de noviembre de 2022

Stendhal y Florencia. Ciencia [CR-205]

[Esta entrada apareció publicada el 18 de noviembre de 2022, en la contraportada del semanario Viva Rota, donde también la pueden leer]

Al parecer, tras ser atendido por un médico que observó sus síntomas, éste diagnosticó al escritor “sobredosis de belleza” como causante de ese especial estado de ánimo; uno que a veces se manifiesta tras observar obras de gran belleza artística, en un corto periodo de tiempo y un reducido espacio, tal como le sucedió a Stendhal en Florencia.

Un desarreglo que suele afectar tan solo a una docena de personas al año, por lo general mujeres sensibles y perfeccionistas, de entre 20 y 40 años y que suelen viajar solas. Un estado caracterizado por ese cuadro clínico que no llega a ser una enfermedad, no es enfermar de belleza, pero que sí está reconocido como un trastorno médico pasajero desde 1979.

Y conocido como ‘Síndrome o estrés del viajero’ o ‘Síndrome de Stendhal’, por razones obvias, aunque el nombre propio se lo puso la psiquiatra italiana Graziella Magherini -como homenaje por haber sido el primero en dejar constancia de los síntomas-, quien estudió y describió más de cien casos entre los turistas de Florencia, a lo largo de los años 80-90.

En dicho estudio, y según los síntomas, catalogó estadísticamente este síndrome en tres grandes categorías: a) por trastornos de pensamiento, formado por el 66 % de los viajeros que sufrieron alteraciones en la percepción de colores y sonidos, además de aumento en los sentimientos de culpa y ansiedad.

b) por trastornos de afectos, angustias depresivas, sentimiento de inferioridad, precariedad o insuficiencia, superioridad, euforia y exaltación, además de pérdida del criterio propio de la realidad, que confesaron el 29 % de los pacientes; c) por trastornos de angustia, crisis de pánico o desvanecimiento, taquicardias, malestar epigástrico y dolor precordial síntomas de ansiedad. y pánico, experimentados solo por un 5 % de los encuestados.

Y hasta aquí lo que le puedo contar del ‘síndrome de Stendhal’, o cuando la belleza hace daño, pero ya que la columna va de ciencia, le cuento un detalle más. Recordará que entre las tumbas que se encuentran en la ‘Santa Croce’ están las de Maquiavelo, Miguel Ángel y el rebelde Galileo, pues bien, de la de éste, una pincelada.

Ha de saber que es una impostura, está vacía, no es ahí donde yacen sus restos pues no en vano y hasta hace muy poco, el iniciador de la física estaba considerado como un científico herético. Ya sabe de sus diferencias astro-cinemáticas con la Iglesia. Él afirmaba que era la Tierra la que se movía en vez del Sol y, claro, eso no podía ser.

La Biblia dice todo lo contrario pues Josué detuvo a la Luna y el Sol. En fin, quedamos en espera de mejores tiempos o, como dicen que dijo el pisano: “Eppur si muove”.

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

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