(Continuación) Concebida en 1917 y finalizada en 1921, originalmente su exterior
fue diseñado, dada la época, lógicamente en hormigón. Una decisión arquitectónica que hubo que modificar mayoritariamente
por diferentes dificultades en su construcción, y que hicieron que el edificio
fuera finalmente construido con ladrillo
y recubierto con estuco.
Con sus catorce metros (14 m) de altura y tras más de una restauración -sobrevivió
de mala manera a la II Guerra Mundial
y los estragos que causa el paso del tiempo- , en la actualidad es sin duda una
pequeña joya arquitectónica que muchos adjudican al estilo expresionista, si bien no faltan estudiosos que hablan de una
arquitectura “quimérica”, “caprichosa” o “ilusoria”.
No tengo una opinión formada al respecto, pero la gente que la ha visto dice
de ella que parece de juguete, como hecha de nata. Incluso que, desde según qué
perspectiva se mire, se asemeja a un submarino emergiendo.
Otros sin embargo van más allá, y la sitúan como fondo de paisaje en una
historieta de ciencia ficción de Flash
Gordon, ya saben, de un lado y como héroe el famoso jugador de polo Flash Gordon y del otro su villano particular,
Ming el Despiadado, tirano del
planeta Mongo.
Se trata de una ubicación literaria que tiene su aquél futurista y vidente pues
el personaje no fue creado hasta 1934.
De la Torre
Einstein. “Arquitectura curva”
Aunque en el grupo de Erich
Mendelsohn, Ludwig Mies van der Rohe,
Walter Gropius, Frank Lloyd Wright o Le
Corbusier, el estilo predominante está basado en las líneas rectas, sirvan
de ejemplo el ‘modulor’ de Le
Corbusier o la arquitectura de “techos
planos” de Rohe, lo cierto es que pasado no mucho tiempo, y fruto de su
evolución artística y generacional, éstas empezaron a cambiar.
Y a ser sustituidas por líneas curvas en sus diseños y proyectos, de manera
que, de una “geometría recta” como fuente de inspiración se pasó a una “geometría
curva”, en nuestro caso una “arquitectura curva”.
Para que se hagan una idea, y sin necesidad de entrar en detalle ni salir
del suelo patrio, el Museo Guggenheim de
Bilbao (1997) de Frank Gehry y la
Ciudad de las Artes y las Ciencias de
Valencia (1998) de Santiago
Calatrava son, en mi más que prescindible opinión, buenos ejemplos de esta
arquitectura curva.
Buenos ejemplos pero no el primero ya que dicho honor corresponde, ya se lo
estará imaginando, a la Torre Einstein tan ligada a la Teoría de la Gravitación einsteiniana en la forma y en el fondo. En
ambas concepciones, si la miramos con detenimiento y nos atenemos a la visión
del universo y la cosmología que nos ofrece la Teoría de la Relatividad General (TRG),
basada en un universo curvo cuya forma depende de su contenido de masa-energía.
Y de un análisis de la torre desde el punto de vista arquitectónico pasamos
a otro astronómico. (Continuará)
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