jueves, 12 de abril de 2018

Torre Einstein y Erich Mendelsohn (y 2)

(Continuación) Concebida en 1917 y finalizada en 1921, originalmente su exterior fue diseñado, dada la época, lógicamente en hormigón. Una decisión arquitectónica que hubo que modificar mayoritariamente por diferentes dificultades en su construcción, y que hicieron que el edificio fuera finalmente construido con ladrillo y recubierto con estuco.
Con sus catorce metros (14 m) de altura y tras más de una restauración -sobrevivió de mala manera a la II Guerra Mundial y los estragos que causa el paso del tiempo- , en la actualidad es sin duda una pequeña joya arquitectónica que muchos adjudican al estilo expresionista, si bien no faltan estudiosos que hablan de una arquitectura “quimérica”, “caprichosa” o “ilusoria”.
No tengo una opinión formada al respecto, pero la gente que la ha visto dice de ella que parece de juguete, como hecha de nata. Incluso que, desde según qué perspectiva se mire, se asemeja a un submarino emergiendo.
Otros sin embargo van más allá, y la sitúan como fondo de paisaje en una historieta de ciencia ficción de Flash Gordon, ya saben, de un lado y como héroe el famoso jugador de polo Flash Gordon y del otro su villano particular, Ming el Despiadado, tirano del planeta Mongo.
Se trata de una ubicación literaria que tiene su aquél futurista y vidente pues el personaje no fue creado hasta 1934.
De la Torre Einstein. “Arquitectura curva”
Aunque en el grupo de Erich Mendelsohn, Ludwig Mies van der Rohe, Walter Gropius, Frank Lloyd Wright o Le Corbusier, el estilo predominante está basado en las líneas rectas, sirvan de ejemplo el ‘modulor’ de Le Corbusier o la arquitectura de “techos planos” de Rohe, lo cierto es que pasado no mucho tiempo, y fruto de su evolución artística y generacional, éstas empezaron a cambiar.
Y a ser sustituidas por líneas curvas en sus diseños y proyectos, de manera que, de una “geometría recta” como fuente de inspiración se pasó a una “geometría curva”, en nuestro caso una “arquitectura curva”.
Para que se hagan una idea, y sin necesidad de entrar en detalle ni salir del suelo patrio, el Museo Guggenheim de Bilbao (1997) de Frank Gehry y la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia (1998) de Santiago Calatrava son, en mi más que prescindible opinión, buenos ejemplos de esta arquitectura curva.
Buenos ejemplos pero no el primero ya que dicho honor corresponde, ya se lo estará imaginando, a la Torre Einstein tan ligada a la Teoría de la Gravitación einsteiniana en la forma y en el fondo. En ambas concepciones, si la miramos con detenimiento y nos atenemos a la visión del universo y la cosmología que nos ofrece la Teoría de la Relatividad General (TRG), basada en un universo curvo cuya forma depende de su contenido de masa-energía.
Y de un análisis de la torre desde el punto de vista arquitectónico pasamos a otro astronómico. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

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