A raíz de la entrada del viernes pasado ‘El Principito’, una amable lectora me preguntaba si podría añadir
alguna curiosidad más acerca del libro y su autor, ya que le había gustado la
temática. Estas cosas suceden a veces. Pues claro que sí, faltaba más, aunque
para ello deberemos remontarnos unos años atrás y a un accidente de avión,
aunque esto le resulte extraño.
‘Maxim Gorki’, el avión
Ese era el nombre del avión monoplano más grande construido hasta entonces
en el mundo, estamos a mediados de los años treinta del pasado siglo, y todo un
prodigio técnico para vuelos de larga distancia. Con sus ocho (8) motores,
sesenta y tres metros (63 m) de envergadura y cuarenta y dos toneladas (42 t) de
masa, podía transportar hasta
ochenta (80) personas, no les digo más.
Sin duda alguna el Gorki era el buque insignia de la aviación soviética, si
me permiten el dislate, y por ese motivo había sido el elegido para que el 18
de mayo de 1935 sobrevolara el cielo de Moscú, ante la mirada expectante del
público y la crítica de la prensa de medio mundo. Una muestra de orgullo patrio,
del todo comprensible en y para cualquier país. Y así fue.
El día anunciado el avión despegó como estaba previsto con treinta y seis (36)
pasajeros y once (11) tripulantes a bordo, y todo marchaba bien hasta que, ante
los ojos incrédulos y espantados del público asistente, ocurrió algo increíble
y espantoso. De forma inesperada e inexplicable, un caza I-15 de los tres que le daban escolta se estrelló en pleno vuelo
contra la aeronave y, como consecuencia, el ‘Maxim
Gorki’ se desniveló, perdió el morro, voló por inercia unos quince segundos
y se estrelló. Desgraciadamente murieron todos, incluido el piloto del caza
¿Qué pasó?
Como dicen algunos ilustrados, ‘a día de hoy’, eso no lo sabe nadie o quien
lo sabe calla. De modo que es un misterio aún sin aclarar a ciencia cierta, y para
el que hay respuesta de todo tipo como en botica.
Desde los que piensan en una desgraciada desgracia, los menos la verdad,
hasta los que se decantan por un plan organizado, por una conspiración. Para
que se hagan una idea, poco después del accidente fue arrestado el constructor
del avión A. Tupolev, un hombre por
cierto detestado por Stalin y también
fue detenido el jefe de la policía política G. Yagoda. Ya ven hacía dónde apuntaba la mira del gobierno ruso. Y resulta que aún hay más (Cuando el misterio es demasiado
impresionante, es imposible desobedecer).
Maxim
Gorki, el escritor
Y aún hay más. El escritor ruso Alekséi
Maksímovich Peshkov (1868-1936), más conocido por el pseudónimo de Maxim Gorki y en cuyo honor habían bautizado
a la aeronave que desde el punto de vista técnico se trataba del Túpolev ANT-20, resulta que murió poco
tiempo después del “accidente de su avión”, de manera inesperada y en
circunstancias no suficientemente aclaradas aún.
Se dice que el escritor vio una especie de señal funesta en el accidente y
que de la impresión que le causó, pues eso que se murió. Lo que puede ser. Por
abundar en el asunto, en el funeral de Gorki y entre los que llevaron su ataúd
estaban I. Stalin y V. Mólotov, lo dejo ahí.
Porque también se habló de un asesinato llevado a cabo por agentes del NKVD, lo que también puede ser. No dejemos
de lado el hecho de que, ya en 1935, había comenzado la preparación moral y
psicológica de la sociedad rusa para la ola de represiones del año 1937. Así
que la muerte de Gorki pudo ser, quizás, un adelanto de la misma. Pero les
escribo de nuevo desde la especulación.
Sí, sé lo que está pensando. Usted se preguntará, y de alguna manera no
anda falto de razón, qué tienen que ver estos hechos históricos con el escritor
francés Antoine de Saint-Exupéry, autor
del afamado librito ‘El Principito’.
Pues denme un voto de confianza porque, les aseguro, tienen que ver.
1 comentario :
Gracias
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