Vayamos por tanto con lo cierto, con la ciencia exacta, y lo haremos en cinco (5) pasos.
1) Si el número pedido de dos dígitos lo escribimos como “ab”, su valor lo podremos expresar como: (10·a + b).
2) Restando al número los valores de sus dos dígitos: (10·a + b) –a – b
3) Nos queda el número: 9·a
4) Y como “a” es distinto de cero (0), resulta evidente que los únicos valores que saldrán, independiente del número que usted escoja de salida, no tienen más remedio que ser, los de la tabla del nueve (9) de toda la vida, a saber: 9, 18, 27, 36, 45, 54,63, 72 y 81.
5) Si ahora se fija bien en la tabla de números y símbolos que hay encima de la bola, observará que todos esos números tienen adjudicado el mismo símbolo cada vez que juega. Luego no se puede equivocar, es un símbolo único para todos.
Et voilà.
1) Si el número pedido de dos dígitos lo escribimos como “ab”, su valor lo podremos expresar como: (10·a + b).
2) Restando al número los valores de sus dos dígitos: (10·a + b) –a – b
3) Nos queda el número: 9·a
4) Y como “a” es distinto de cero (0), resulta evidente que los únicos valores que saldrán, independiente del número que usted escoja de salida, no tienen más remedio que ser, los de la tabla del nueve (9) de toda la vida, a saber: 9, 18, 27, 36, 45, 54,63, 72 y 81.
5) Si ahora se fija bien en la tabla de números y símbolos que hay encima de la bola, observará que todos esos números tienen adjudicado el mismo símbolo cada vez que juega. Luego no se puede equivocar, es un símbolo único para todos.
Et voilà.
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