Groenlandia y anexionismo estadounidense (1)

(Continuación) Un empequeñecimiento cartográfico que algunos ven como una falta de respeto, como un residuo del colonialismo en un tiempo en el que vuelven a ser importantes las dimensiones físicas del mundo y del que los actuales mapamundis condicionan su interpretación.

En realidad -y aunque subyacen, por necesarias, una obvia reflexión sobre los estereotipos de toda clase que pesan sobre África y un debate sobre la calidad de la cartografía- lo que plantean estas asociaciones es una cuestión política, una exigencia de dignidad y reparación.

Así “a ojo de buen cubero”, calculo que en África podrían “entrar” Estados Unidos, China, India, Japón, México, gran parte de Europa y, aun así, seguiría sobrando territorio africano; no me diga que no es llamativo el error y motivo de agravio la más que perdible comparativa geográfica.

Sin la menor sombra de duda Groenlandia es más pequeña de lo que parece a simple vista y, por supuesto, aparece en los mapas.

Ese oscuro objeto de deseo “trumpista”

Desgraciadamente esa errónea y errada imagen agrandada en la mente de muchos durante siglos, ha tomado un nuevo brío en la actualidad de la mano anexionista del inefable Donald Trump (1946) quien, como presidente de los Estados Unidos, reiteró el pasado mayo su deseo por comprar la isla. Alegaba para ello todo tipo de motivos que ya se puede imaginar, desde por seguridad estratégica, hasta por competencia geopolítica pasando, claro está, por sus recursos naturales. En fin.

Y así considera a Groenlandia crucial para la seguridad nacional de Estados Unidos tanto en su defensa marítima, como aérea y, por supuesto, espacial. Igualmente se valora el papel de la isla a la hora de contrarrestar el creciente interés y la influencia de potencias como China y Rusia en el Ártico.

Si olvidar en este sentido las consecuencias que podría tener esta nueva expansión territorial de Estados Unidos al adquirir la isla ártica y convertirse así en el segundo país más grande del mundo en superficie, después de Rusia.

Más acerca de ese oscuro objeto

Por último, y no menos importante por ello, está la cuestión de sus abundantes recursos naturales tanto energéticos (como petróleo, gas natural, y uranio) como de minerales críticos (litio y tierras raras de las que la isla posee los mayores yacimientos fuera de China) que resultan ser fundamentales para la producción y desarrollo de la tecnología.

Este es el segundo sucedido de los que le hablaba, desencadenante de esta serie de entregas enrocadas. (Continuará)

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