martes, 2 de septiembre de 2025

Una historia del benceno: Sobre Darmstadt

(Continuación) Seguro que ha leído algo sobre la famosa, serpenteante y onírica idea de Kekulé acerca de la complicada estructura del benceno, y cómo no pocos exégetas de la cosa califican a este descubrimiento como la típica casualidad en ciencia y que muchos denominan serendipia. Bueno, ¿por qué no?

Un fenómeno que ya ha sido enrocado por lo que, por ahora, solo diremos de éste que nos trae lo que ya dejó caer el propio químico, la solución a la inexplicada estructura del anillo bencénico (C6H6) la encontró gracias a un sueño que tuvo y, qué quiere que le diga si lo dice él, quien es uno para contradecirle.

Dos químicos y una ciudad

Después volveremos sobre ella, sobre la química y supuestamente idea enroscada, y es que ahora me gustaría contarle un nexo que vincula a dos de los personajes protagonistas de esta historia, con una ciudad alemana y el nombre de un elemento químico de la tabla periódica.

De los humanos ya hemos escrito, uno de ellos es el barón Justus von Liebig y el otro Friedrich August Kekulé von Stradonitz, ¿recuerda la conferencia del primero y la más que notable influencia que tuvo sobre las inclinaciones universitarias del segundo?

Bueno pues sepa que los dos tienen en común, entre otras circunstancias personales y profesionales, el hecho de haber nacido en la misma ciudad, Darmstadt, darmstadtenses por tanto eso sí, con veintiséis (26) años de diferencia.

Una ciudad que por cierto tiene una marcada peculiaridad al haber desarrollado un importante sector industrial, científico y educativo a partir de comienzos del pasado siglo XX, que la hacen imprescindible en nuestro enrocado relato.

Una ciudad y un elemento químico

Y así, a finales del XIX, en el campo educativo se creó una escuela politécnica (1877) que posteriormente pasaría a ser Universidad Técnica, hoy conocida como TU Darmstadt y reconocida en el ámbito de la investigación y la docencia en las disciplinas de Ingeniería Eléctrica, Civil y Mecánica.

Y en el terreno industrial alberga un gran número de fábricas químicas, entre otras Merck (productos farmacéuticos) y Röhm (Plexiglás), además de ser la sede del Centro Europeo de Operaciones Espaciales (ESOC) de la Agencia Espacial Europea (AEE). O sea que por tierra y aire.

Buena prueba de su pujanza en el ámbito científico es el hecho de que el elemento químico darmstadtio, de número atómico 110 y símbolo Ds, tomó su nombre en honor a la ciudad, al haber sido sintetizado en 1994 en el Gesellschaft für Schwerionenforschung, GSI (Centro de investigación sobre iones pesados). (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas. 

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