jueves, 11 de septiembre de 2025

DCPS. Calle Doctor Muñoz Peralta (1)

Seguimos en la barriada Doctor Marañón del distrito Macarena (CP 41009), en una calle de 176 m de longitud que también fue rotulada en 1969 con el nombre de un médico de cámara del rey Felipe V, el primer rey Borbón de España de 1700 a 1746 y que, para más inri, se encuentra a un tiro de piedra de la dedicada al médico parmesano Giuseppe Cervi (1663-1748). 
Unos nexos justificadores de la presencia hoy, en este negro sobre blanco digital, de la vía dedicada al arahalense Juan Muñoz y Peralta (1655-1746), médico ilustrado de origen judeo-converso, cuya carrera académica y profesional transcurrió entre Sevilla y Madrid. Nacido en Arahal hace trescientos setenta (370) años, cursó estudios de Medicina en la Universidad de Sevilla donde se licenció y, tras ser rechazada su oposición para acceder a la Cátedra de Método en 1687, ocupó la de Vísperas entre los años 1689 y 1693.

Una etapa algo ajetreada de su vida, como convulsa era la situación por la que atravesaba la propia institución universitaria a la que pertenecía. Historias con intrahistorias.

Juan Muñoz y Peralta. Médicos clásicos y “novatores”

 Hay que tener presente que hablamos de una universidad en la que dominaba la medicina clásica basada en las doctrinas y prácticas establecidas, pero en la que empezaba a surgir una medicina innovadora cuyos profesionales, “novatores”, buscaban innovar y adoptar nuevas ideas y métodos. Por simplificarlo, de un lado estarían unos médicos defensores de la tradición basada en las enseñanzas de Hipócrates (460-370), Galeno (129-201/216) y otros, que daban preferencia a la autoridad de los textos clásicos sobre la observación y el experimento o, lo que es lo mismo, priorizando el conocimiento teórico sobre la práctica clínica. Para entendernos, los galenistas.

Y de otro lado tendríamos a unos médicos jóvenes y abiertos a nuevas ideas como que: las teorías tradicionales podrían estar incompletas o ser falsas; o que había que utilizar la observación, el análisis y la experimentación para obtener nuevos conocimientos; y que la práctica clínica es una fuente imprescindible e importante de conocimiento. Por personificarlos vayan por delante el belga Andrea Vesalio (1514-1564), quien revolucionó la anatomía con su libro ‘De Humani Corporis Fabrica’ 1543, o el inglés Edward Jenner (1749-1823) pionero en el concepto de las vacunas y descubridor de la vacuna contra la viruela (1796), la primera vacuna del mundo. Ellos, son los “novatores”. Dos calificativos, “clásicos” y “novatores”, para aludir a dos perspectivas diferentes sobre la práctica y el conocimiento médico, donde los segundos resultaron cruciales para el desarrollo de la medicina moderna al impulsar la investigación, el desarrollo de nuevas tecnologías y la creación de nuevas especialidades. (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

[**] El original de esta entrada fue publicado el 19 de mayo de 2025, en la sección DE CIENCIA POR SEVILLA, del diario digital Sevilla Actualidad.

 

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