(Continuación) Por último, el azufre (S (s), es una sustancia simple encargada de facilitar la combustión al reducir la temperatura necesaria para iniciar la reacción; una transformación química que se produce de forma parcial generando partículas de carbono no quemadas, que son las que originan el humo negro.
A principios de este siglo, en 2005, y con la
elección de Benedicto XVI ya estaba instalado el digamos refuerzo
químico “oscurecedor” del humo negro, pero no así el “blanqueante” para el humo
blanco, que sí lo estuvo ya en la de Francisco de 2013, con la
incorporación de tres nuevos cartuchos contenedores de otras tantas sustancias
químicas.
Fumata blanca: clorato y colofonia
Se trata de la fumata blanca, la más esperada y esperanzadora, la de Habemus Papam y que se consigue en este caso por la reacción de clorato de potasio KClO3 (s), colofonia y lactosa.
El primero es un compuesto químico, una sal que actúa
de forma parecida al perclorato del mismo catión, un oxidante solo que mucho más
potente, aportando mayor cantidad de oxígeno O2 (g) a la
combustión y haciéndola más rápida y vigorosa.
El segundo material, la colofonia, es una
resina natural y sólida de color ámbar transparente que se obtiene de las
coníferas (pinos) por exudación de los árboles en crecimiento o durante la
extracción de los tocones; también conocida como Pez de Castilla encuentra aplicaciones
en industrias como la de pintura, construcción, cosmética o medicina.
Desde el punto de vista químico se trata de una mezcla variable de ácidos resínicos siendo el ácido abiético C20H30O2 (l) su principal componente, que no se disuelve en agua H2O (l) pero sí en la mayoría solventes orgánicos y arde intensamente en exceso de oxígeno O2 (g).
Fumata blanca: lactosa
De los tiempos bachilleres recordamos que es un
disacárido formado por la unión de una molécula de glucosa y otra de galactosa,
de fórmula C12H22O11 (s), y conocida como
azúcar de la leche, al estar presente en la de las hembras de la mayoría de los
mamíferos. Entre otras aplicaciones la lactosa es habitual en la industria
alimentaria y como excipiente en formulaciones farmacéuticas.
Aquí actúa como combustible, papel similar al del
antraceno en la otra fumata, y junto a la resina produce una combustión rica en
vapor de agua H2O (g), dióxido de carbono CO2
(g) y libre de carbono C (s), lo que garantiza un humo blanco, denso
y visible incluso a distancia.
Unas características especialmente reseñables pues, según la normativa vaticana, el humo debe durar al menos siete minutos (7 min) a fin de que los fieles congregados en la Plaza de San Pedro puedan percatarse de la elección del nuevo papa sin ningún tipo de desagradable y confusa ambigüedad. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
1 comentario :
¿Existe tambien una fumata amarilla o se trata de una leyenda? Muy buene las entradas, amenas y científicas
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