viernes, 23 de mayo de 2025

Sevilla, sanidad e higiene. Siglos XIX y XX. Edificaciones (y 2)

(Continuación) Y si bien desde inicios de dicho siglo la ciudad de Sevilla estaba entre las ciudades que aspiraban a contar con un laboratorio municipal donde llevar a cabo las funciones relacionadas con la higiene y salubridad públicas, no es hasta 1883 cuando se aprueba la fundación de una institución que se encargara de ello (Cabildo, 23/02/1883)

La primera de ellas es el Laboratorio Municipal de Sevilla, construido en 1912 en la avenida María Auxiliadora, frente a los jardines del Valle, y del que existen diferentes “enroques” a los que acudir para una rápida información, algunos de ellos en la categoría De Ciencia por Sevilla, DCPS.

Motivo éste por el que pasamos sin solución de continuidad a otro de los grandes edificios que también tenían como objetivo el cuidado de los sectores más necesitados de la población, solo que en este caso su cometido era acoger niños huérfanos.

Me refiero a la Casa de Niños Expósitos de 1916, mandada construir por la Diputación Provincial en la actual avenida de la Mujer Trabajadora junto al parque de Miraflores.

Un edificio en cuyo diseño se tuvieron en cuenta todas las medidas higiénicas promulgadas por los organismos nacionales e internacionales para este tipo de instalaciones, contando con un amplio jardín que permitía la ventilación natural de los distintos edificios.

Con posteriores modificaciones realizadas a lo largo del tiempo, esta Antigua Casa Cuna Provincial de Expósitos o Centro Provincial Infantil en la actualidad alberga la Sede Fundación San Telmo. Nuevos tiempos, nuevas funciones.

Sin duda las epidemias que asolaron Europa en el siglo XIX motivaron un cambio de mentalidad tanto en las administraciones como en la ciudadanía en general, y la construcción de nuevos equipamientos sanitarios, así como medidas higiénicas fundamentales tanto de carácter privado como público, supusieron una nueva forma de afrontar el día a día para millones de personas.

En esa dirección y durante esta misma década (1918) nace el Protectorado de la Infancia de la calle San Jacinto, otra institución benéfica fundada para velar por los niños, solo que en este caso como centro de enseñanza.

Un uso que sigue teniendo a día de hoy, a la vez que sigue conservando su bella y magnifica fachada, en la que el uso del ladrillo produce relieves que conforman por sí solos, la decoración de portada, ventanas, balcones y pilastras del edificio.

Y hasta aquí la manita del prontuario que le anuncié y en la que, convencido estoy, echa de menos algún que otro edificio que le animo me comunique por si pudiera ser “enrocable”. (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.


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