Nada más “enrocar” hace un par de semanas, la que en principio era la última entrega de la “fumatera” saga entre eclesiástica y científica, me llegaba el comentario de un lector atento y avisado acerca de la existencia de una tercera fumata que añadir a la negra y a la blanca, una que era, no, no se lo destripo, por ahora.
Una tercera en discordia de la que, para más inri,
personalmente no tenía ni la menor idea de su existencia, menos mal que alguien
me lee y tiene la deferencia de informarme; por si le ha cogido también in
albis y está interesado en la cuestión, le recopilo el nuevo colorido
asunto “fumatero” contándole parte de lo nuevo que he aprendido.
El sistema de comunicación más antiguo del Vaticano
Aunque no sabemos con exactitud cuándo
se empezó a utilizar la técnica de las fumatas, no existe documentación fiable
al respecto, parece existir cierto consenso entre los historiadores sobre el
hecho de que pudieran aparecer a finales del siglo XIX y principios del XX.
Lo que sí está claro es el por qué, el propósito de la Iglesia con ella, que no era otro que el de establecer un lenguaje visual universal que trascendiera barreras idiomáticas, culturales y geográficas; un método sencillo que fuese comprensible para todos, sin importar el idioma, la raza o la ubicación.
Y sin duda el humo, en este
menester de comunicar ya había demostrado su utilidad a lo largo de la historia
del hombre, por lo que se decantaron por él; y así, durante el pasado Cónclave,
hemos sabido gracias a ellas cómo las votaciones siguen un horario
estrictamente establecido.
¿Cuándo podemos verlas?
Cada día se pueden realizar hasta cuatro
escrutinios, dos por la mañana (entre las 9:30 y las 12:30 horas) y dos por la
tarde (entre las 16:00 y las 19:00 horas), de forma que tras cada par de
votaciones se queman las papeletas produciendo la correspondiente fumata.
Lo que significa que el público congregado en la Plaza de San Pedro, y los millones de espectadores que siguen el proceso a través de los medios de comunicación, podrían ver fumata dos veces al día: alrededor del mediodía y al anochecer. Eso sí, siempre que no se produzca una elección en la primera votación del día o de la tarde.
Fumatas cuyo color corresponden a los
reactivos que utilicemos en el proceso químico de combustión, ya sabe: de color
blanco, si se utilizan los fumígenos, clorato de potasio, lactosa y colofonia;
y de color negro, si aquellos son perclorato de potasio, antraceno y azufre.
Sin embargo, hubo un
tiempo en el que el humo que salía de la chimenea podía ser de otro color, como
lo lee, hubo un tiempo en el que existió otra fumata de color..., no siga leyendo lo voy a destripar, ...
(Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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