lunes, 24 de julio de 2023

DCPS. Calle Júpiter (1)

(Continuación) De ahí que pensara que las estructuras borrosas parecidas a orejas que había visto, fueran dos satélites próximos al planeta. Y aunque pronto cambió de opinión, hubo que esperar medio siglo y tener instrumentos más potentes y precisos, para que Christiaan Huygens (1629-1695) diera una explicación correcta sobre la naturaleza de los anillos de Saturno.

Intermezzo callejero jupiterino

Pues seguimos en las mismas, y un poco de extranjis me apoyo de nuevo en el nombre de una calle sevillana para dar continuidad a esta saga galilense que, para más inri, tampoco lleva el nombre en honor del planeta de marra, sino de la deidad romana de quien lo recibió. En fin, algo es algo.

Del planeta solo apuntar por ahora que es: el más grande del sistema solar, un gigante gaseoso que forma parte de los denominados planetas exteriores; uno de los cuerpos celestes más brillante; y el quinto en orden de lejanía al Sol (Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, …).

Y de la calle sepan que está ubicada en el barrio de Nervión (41003), que mide 491 m de longitud comprendidos entre las calles Amador de los Ríos donde empieza y Juan Antonio Cavestany donde termina, y que fue rotulada con este nombre en 1877 pues hasta entonces había llevado el de Pompeyo, en memoria del general romano.

Dicho lo cual continuamos con un nuevo planeta galileano, Venus, que como el anterior, Saturno, no tienen por ahora cabida un lugar en nuestro nomenclátor, aunque nunca se sabe…

3. Observaciones astronómicas galileanas: Venus

Es a finales de ese verano de 1610 cuando Galileo descubre que Venus tiene fases semejantes a las de la Tierra, unas fases venusinas que unidas a sus variaciones de tamaño solo serían explicables si el planeta gira alrededor del Sol y no de la Tierra.

Sólo entonces presentará su menor tamaño cuando se encuentre en fase llena, y el mayor cuando se encuentre en fase nueva, o lo que es lo mismo, cuando esté entre la estrella y nosotros.

Para él es una nueva prueba de la verdad del sistema copernicano, pues este fenómeno es fácil de interpretar gracias a la hipótesis heliocéntrica, y mucho más difícil basándose en la hipótesis geocéntrica; y sin duda también es un magnífico ejemplo de aplicación del método científico que Galileo fue el primero en utilizar.

Tanto es así que los jesuitas del Colegio Romano, al comprender que era del todo insostenible el sistema de Ptolomeo (100-168), opta por admitir a regañadientes el mestizaje del sistema de Tycho Brahe (1546-1601), antes que aceptar el sistema de Nicolás Copérnico (1473-1543). (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

[**] El original de esta entrada fue publicado el 13 de marzo de 2023, en la sección DE CIENCIA POR SEVILLA, del diario digital Sevilla Actualidad.

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