(Continuación) Pues nada, ni por esas, no dejaron de crecer los supuestos incidentes navales y aéreos y por supuesto no se detuvo la propagación del mito del triángulo. Desde entonces y durante años numerosos artículos, documentales, libros, reportajes y películas no han dejado de aparecer y con ellos, multitud de hipótesis interpretativas de lo más descabelladas. El alimento de la leyenda.
Sin embargo, a pesar de ser
notoria la repercusión del artículo de Gaddis, vista en perspectiva no podemos
decir que fuera excesiva, no al menos si la comparamos con la que adquirió diez
años después, de la mano de un experto vendedor de misterios llamado Charles Berlitz y gracias a
su libro homónimo El triángulo de las Bermudas de 1974.
‘El
triángulo de las Bermudas’, 1974. Leyenda
Vendedor de misterios, en
plural, porque a él debemos también la divulgación de otros tantos que seguro
le suenan, como el del suspecto platillo
volandero estrellado en Roswell o la fallida
prueba de invisibilidad de la marina de EEUU -dicen que patrocinada nada menos
que por Einstein, casi nada- y conocida como ‘el experimento
Filadelfia’.
Del misterio que nos trae comentarle que fue todo un fenómeno de masas muy a tener en cuenta pues del “triángulo del diablo”, como también lo llamaban, se han llegado a vender veinte millones de copias en una treintena de idiomas diferentes, lo que se dice todo un best-seller.
Un extraordinario éxito
editorial que no deja de llamar la atención
si consideramos que en el mismo se atribuían las
pérdidas de barcos y aviones a extraterrestres, a supervivientes de la Atlántida o a cualquier otro argumento
imaginable.
Como lo lee, pero es que la década
de los 70 fue la edad de oro de lo paranormal, de la ufología, de lo esotérico, de la así denominada sábana santa y, por supuesto, el resurgir
de la triangular leyenda bermudiana.
‘El triángulo de las Bermudas’, 1974. Realidad
Y eso que, casi desde el primer momento, la realidad se mostró tozuda una y otra vez, aportando pruebas en contra de lo publicado en el libro, pero oiga, como si nada. Sirvan de ejemplo, por empezar con una, las declaraciones de la famosa compañía aseguradora Lloyd's de Londres.
En las que: se afirmaba que el
número de desapariciones de barcos y aviones en dicha zona, no era distinto al de
otras zonas del globo; se especifica que las primas de los seguros para los viajes
que discurrían por ella, no eran superiores económicamente a las de otros
lugares; incluso se diagnostica que en la zona «las desapariciones se deben
normalmente a condiciones meteorológicas adversas».
Declaraciones que ni a Berlitz ni a los crédulos
lectores pareció importarles, o sea. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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