lunes, 31 de julio de 2023

‘Hasta el infinito y más allá’ (y 2) [CR-236]

 [Esta entrada apareció publicada el 28 de julio de 2023, en el semanario Viva Rota, donde también la pueden leer]

(Continuación) O bien dicho, no de la estupidez humana sino de la estupidez pues sólo los humanos hemos demostrado ser animales estúpidos. De la falta de confianza de los cobardes le hablaba la semana pasada y de la beocia le escribo ahora, por el uso que algunos hacen del término infinito unido a la idea de llegar más allá, ¿se da cuenta del oxímoron?

Hablamos de un concepto, el de infinito, que aparece en distintas ramas del saber (matemática, filosofía o astronomía) haciendo siempre y sin ambigüedad referencia a una cantidad sin límite, a algo sin final, una idea por tanto contrapuesta y excluyente al de finitud.

Si nunca se acaba de llegar a él, nunca podremos dar el paso de ir más allá, o sea que a todas luces es una estulticia que, no obstante y aquí lo preocupante, podría decir con toda seriedad, un tonto a las tres que gozara de pretendidas y pretensiosas inquietudes intelectuales, y quedarse además tan pancho. “Hasta el infinito y más allá”.

Ya que estamos, del término infinito me gustaría comentarles un par de quisicosas. Una. Fue el matemático inglés John Wallis (1616-1703) el primero que utilizó el símbolo de infinito en sus escritos, lo hizo en la que está considerada como una de sus obras más importantes, ‘Aritmética Infinitorum, 1656’.

Y dicen que para la forma de esta notación matemática se inspiró en la forma de la curva llamada ‘lemniscata’, creada en 1694 por el matemático suizo Jacob Bernoulli (1654-1705), lo que resulta bastante verosímil, basta con verlas. Aunque no todos son de la misma opinión, este es el segundo entresijo del término, el de su origen.

Algunos consideran que podría provenir de otros símbolos alquímicos o religiosos anteriores, se refieren, por ejemplo y sobre todo, al símbolo del uróboros, seguro que lo han visto, es esa figura de animal serpentiforme que, engullendo su propia cola, conforma una circunferencia. Si le soy sincero, no lo veo tan parecido como la curva de Bernoulli.

Y otros más quieren ver, incluso, como posible origen del mismo a una banda o cinta de Möbius, esa superficie con una sola cara y un solo borde que, desde la matemática, goza de la propiedad de ser un objeto no orientable.

En mi opinión, por la forma, este origen es perfecto aunque le veo un inconveniente desde el punto de vista cronológico, resulta que el símbolo de infinito ya se usaba cientos de años antes de que el matemático y astrónomo teórico alemán August Möbius (1790-1868) codescubriera la banda que lleva su nombre en 1858, solo 165 años de existencia.

Por cierto, su madre era descendiente, séptima generación, del reformador religioso alemán Martín Lutero (1483-1546).

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

 

 


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