A propósito de la palabra “gemelo”

A propósito de la última fruslería científica, la de los Gemelos cafeínicos de hace un par de semanas, me llegó al blog el interesante comentario de más arriba. Y su lectura, a poco que lo he pensado, me ha hecho plantearme la conveniencia de darle una vuelta de tuerca más a la entrada. Porque de ella se deduce que es más que evidente un hecho.

He pasado por alto al menos dos aspectos fundamentales de la cuestión que, en mi opinión, superan el rango de la anécdota y alcanzando el de categoría, razón por la que he decidido abordarlos, calificando a uno de naturaleza polisémica y a otro de naturaleza gramatical.

Gramática de “gemelo”

Con su permiso, por mera cuestión organizativa, lo hago empezando por el segundo y, ni que decir tengo, dentro de las limitadas medidas de mis posibilidades, ya saben de mi parcial formación universitaria.

Veamos. En nuestra lengua el término gemelo es, junto a otros sustantivos como gafa, pantalón, braga, leotardo, tenaza, alicate o tijera, uno de esos que, por designar objetos constituidos por partes simétricas, elementos iguales y apareados, y cooperar para lograr un mismo fin, se pueden utilizar tanto en número gramatical singular como plural.

Así que, no solo son correctas desde el punto de vista ortográfico ambas formas, sino que, incluso, es normal utilizar el plural para referirse a uno solo de dichos objetos (gafas, pantalones, bragas, leotardos, tenazas, alicates o tijeras).

Polisemia de “gemelo”

Como seguro saben, gemelo es un signo lingüístico o palabra polisémica, que podemos encontrar en varias áreas del saber humano como ciencia, literatura, moda, cine, filosofía o ciencia ficción entre otras. Y como es natural, dentro de su polisemia, algunas acepciones tienen cierto interés que las hacen merecedoras de venir a este enrocado negro sobre blanco.

No en vano, como tal, aparece en distintos campos de conocimiento y en diferentes circunstancias que, brevemente, en esta entrada les empiezo a describir, tanto a unos como a otras:

a) En Filosofía, ese arte científico o “amor por el conocimiento”. Y, por ejemplo, de la mano de Hilary Putnam (1926-2016), filósofo, matemático e informático estadounidense, autor del experimento mental conocido como Tierra Gemela.

b) En Anatomía, rama de la Biología que estudia la estructura interna y externa de los seres vivos, donde el término gemelos hace referencia a unos conocidos y reconocidos músculos de las piernas.

c) En Óptica, esa rama de la ciencia a la que concierne todo lo relacionado con la visión. Lo hace de la mano de un instrumento óptico, los gemelos, que nos permiten ver y al que denominamos con diferentes nombres: anteojos, gafas, binóculos, etcétera. Y hasta aquí.

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