jueves, 18 de enero de 2018

“Dios no juega a los dados con el Universo”

En este Año del Señor de 2018, hace ahora noventa y un años o sea que fue en 1927, se cumplieron veintisiete desde que en 1900, el físico alemán M. Planck (1858-1947) propusiera su hipótesis cuántica para interpretar, desde el punto de vista teórico, los resultados experimentales de la radiación del cuerpo negro.
Fïsica Moderna
Por si no cae ahora, tal radiación es una de las famosas dos nubes negras que enunciara el físico William Thomson (1824-1907), convertido ya en Lord Kelvin, al declarar un día que la Física como tal, le parecía un conjunto perfectamente armónico y en lo esencial acabado.
Y que no veía en el horizonte, añadió, más que dos pequeñas nubes oscuras. Una pasó a ser conocida como el “resultado negativo” de la experiencia de Michelson y Morley, la otra como la “catástrofe ultravioleta” de la ley de Rayleigh-Jeans.

No obstante, y a pesar de la errada opinión de Lord Kelvin, estos dos pequeños problemas casi claroscuros, llegaron a ser tan oscuros, tan oscuros, que hizo falta poner en cuestión todo lo que se sabía sobre el espacio, el tiempo, la masa y el movimiento. O sea.
Es más, para poder disipar una de estas nubes se produjo una de las tres grandes revoluciones científicas del siglo XX, la Teoría de la Relatividad. Y para la otra, la Teoría Cuántica.
Ambas pasaron a ser las bases de dos nuevos campos de conocimiento: la Física Relativista y la Física Cuántica, que se convirtieron en los pilares de una nueva física, la Física Moderna, junto con la Física del Caos, el tercer pilar. O sea que.
Y ya que estamos echando las cuentas, en dicho 1927 hacía veintidós años que el físico Albert Einstein (1879-1955), basándose en dicha hipótesis cuántica, la empleara también para interpretar y explicar el efecto fotoeléctrico, efe (1905).

Para ello supuso que la energía luminosa tiene naturaleza discontinua y que está cuantizada, no sólo en el acto de la emisión o absorción como lo supuso Planck sino que también en la propagación, permanece en pequeños paquetes, en especie de pequeños átomos de energía.
Con posterioridad, en 1916, Einstein demostró en su Teoría de la Relatividad General (TRG), que estos cuantos de energía obedecen a la ecuación  E = m·c2, lo que implicaba la existencia real de dichos paquetes de energía.
De modo que la hipótesis pasó a ser teoría, Teoría de los cuantos de luz y fue G. Lewis quién propuso denominar a estos paquetes con el nombre de fotones, un término que ya había sido utilizado tres siglos antes por I. Newton (1643-1727) en su Teoría Corpuscular de la luz.
Relación de Indeterminación

Les cuento todo esto porque fue en ese año de 1927 cuando el físico alemán W. Heisenberg (1901-1973) propuso de entrada sólo como postulado lo que hoy se conoce como Principio de Incertidumbre o Relación de Indeterminación. (Continuará)
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