Y la llamo actividad por no entrar en disquisiciones que no hacen ahora al caso. De modo que cada uno puede sustituir el sustantivo dado, por el que considere más oportuno. Léase juego, arte, deporte, filosofía, ciencia, etcétera. Usted mismo.
Usted mismo, porque el motivo de este nuevo enroque ajedrecístico obedece a una noticia, aparecida hace unos días en prensa, que lo relacionaba con la educación.
Una propuesta (no de ley) del Congreso
Creo que fue el pasado miércoles 11 de febrero cuando, la Comisión de Educación del Congreso de los Diputados aprobaba una proposición no de ley, sobre la implantación y fomento de la práctica del ajedrez en escuelas y espacios públicos.Un texto propuesto por el grupo Socialista -al que se incorporó una enmienda transaccional del grupo Popular y de acuerdo con las recomendaciones del Parlamento Europeo-, que fue aprobado por unanimidad de los ocho (8) partidos que la componen.
Con él, el Congreso de los Diputados, insta al gobierno no sólo a implantar “un programa ajedrez” en nuestro sistema educativo -sobre todo entre seis (6) y nueve (9) años-, sino a promocionar también su práctica como deporte.
Y aunque el ajedrez no es una de mis actividades preferidas, lo cierto es que la propuesta no me puede parecer más acertada.
No serían pocas las habilidades cognitivas, que sabemos este juego proporciona, ni poca la potenciación de los procesos cognitivos que se verían afectadas por su puesta en práctica.
Sí. La propuesta de marra es una medida que, a no tardar, debería ser atendida por las autoridades educativas.
De las habilidades cognitivas
Que no son pocas las primeras, les decía, y a las pruebas me remito. Sin intención de agotar el tema, ahí va el principio de la lista de las bondades de este arte. Desarrolla los mecanismos de la lógica y el pensamiento analítico. Aumenta la concentración y la capacidad de abstracción, unas habilidades necesarias para poder imaginar escenarios que varían. Adiestra la habilidad para planificar y anticiparse a determinados movimientos.
Enseña a visualizar, mentalmente, distintos itinerarios posibles. Entrena para el cálculo de las consecuencias de cada movimiento en un escenario cambiante. Fomenta, por tanto, las capacidades de relación y decisión.
En definitiva, ejercita aquellos procesos mentales necesarios para abordar cualquier tipo de aprendizaje y, por ende, para afrontar la vida.
De los procesos cognitivos
En lo que respecta a los procesos cognitivos, y sin ánimo de ser exhaustivo, son numerosos los estudios realizados que demuestran cómo esta ciencia, es también una poderosa herramienta para el desarrollo de procesos cognitivos esenciales para el aprendizaje. Nos enseña a pensar; nos permite tomar decisiones; potencia nuestra inteligencia emocional; nos ayuda a transmitir valores; etcétera. No, no se puede dudar.
Al margen de su evidente dimensión lúdica, el ajedrez es mucho más que un juego, un deporte, una ciencia o un arte. Empiezo a comprender que lo del ajedrez, quizás, vaya más allá y sea toda una filosofía.
Quién sabe, de menos nos hizo el Señor.
Y aunque parezca una paradoja, para llegar al final de esta entrada, vuelvo a su principio. Al nexo del ajedrez con la educación. (Continuará)
1 comentario :
Es imprescindible que el ajedrez forme parte de los curriculums de nuestros escolares.
En mis artículos intento la divulgación de este juego ciencia
https://www.ysifueraunapartida.com/ensenar-ajedrez-a-ninos/
Un saludo
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