(Continuación) Esta unidad se suele utilizar en el mundo de las finanzas, para los tipos de interés inferiores al uno por ciento (1 %) anual. Con ella, por ejemplo, se marca la diferencia entre dos tipos de interés, incluyendo el rendimiento de valores de renta fija.
Y así una diferencia de 0,20 %, equivalente a un cambio de 20 puntos base, hará que un tipo de interés del 3,56 % se vea incrementado en 20 puntos base, resultando ahora igual a 3,76 %.
Una escala cien veces mayor, que facilita escribir y manejar estas expresiones y cifras. Bueno, pues ya lo sabe, cien puntos base equivalen a un uno por ciento:
100 pb = 1 %.
Pero claro, ¿qué ocurre si los valores que queremos expresar son mucho más bajos? Lo suficiente como para que, los tantos por diez mil, resulten también una unidad de medida de engorroso manejo.
¿Qué hacer entonces? Pues muy fácil, el camino está trazado y no hay más que seguirlo. Habrá que seguir aumentando el denominador, y ya que hemos pasado de uno a cien, a mil y a diez mil, hagámoslo ahora a un millón y, por qué no, a un billón.
Desmontando el término billón
Un billón con trampa, ya les aviso, pues se trata de una descuidada traducción del billion estadounidense. O sea que, en realidad, estamos hablando de mil millones. Ya hemos tratado este tema en Enroque de Ciencia.Pero, por si no quiere seguir el nexo, le hago un resumen a modo de prontuario. Existen dos acepciones para este número, que se diferencian en su cuantía.
Una, utilizada en Europa y la gran mayoría de países hispanoamericanos, en las que su valor es un millón de millones; es decir, 1000 000 000 000 o 1012.
Se la conoce como escala larga y en el Sistema Internacional de Unidades se representa con el prefijo “tera”, de símbolo T.
Por el contrario, en la gran mayoría de países de habla inglesa y algunos otros, su valor es el de mil millones; es decir: 1 000 000 000 o 109. O sea mil veces menor.
Es la escala corta y en el Sistema Internacional de Unidades se representa con el prefijo “giga”, de símbolo G.
El problema científico proviene de que este término, en inglés, se escribe billion, por lo que resulta casi inevitable traducirlo al español por billón, con el importante error cuantitativo que esa traducción entraña.
Lo que supone que hay que ser previsor y comprobar en qué escala está escrito.
De ahí que, en 1995, y a petición de Venezuela, fuera introducida en la Real Academia Española (RAE) el término millardo, como traducción de la inglesa billion. Su significado y valor es el de mil millones.
Una propuesta en principio lógica, y que sin embargo no ha terminado de cuajar en la lengua española.
La razón habría que buscarla, quizás, en el hecho de que la expresión mil millones no es en absoluto ambigua y, además, es entendible por todos. Así que, para qué utilizar una nueva. Ya saben lo que pienso sobre la universal ley de la economía.
Y hasta aquí el desmonte en Enroque, porque hay mucho y bueno escrito por ahí, así que para qué iterarse.
Recuerden. Una cosa es el billón europeo, un millón de millones (1 000 000 000 000 o 10 12) y otra el billón estadounidense, mil millones (1 000 000 000 o 10 9).
Dicho lo cual, pasamos a las partes por millón y por billón, principio y razón de estas entradas. (Observo con preocupación, que mi natural tendencia a la dispersión aumenta con la edad, y lo hace además en una proporción algo más que aritmética).
Preocupante. Sí.
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