jueves, 3 de abril de 2014

CLOUD (1)


Como pueden ver, sin solución de continuidad, continúo en las nubes. En este caso unas nubes de laboratorio, pues les voy a contar algo más del proyecto CLOUD.

Un estudio empírico asociado al CERN, que versa sobre los factores que influyen o pueden influir en el cambio climático. Y para dicha investigación parten, como no puede ser de otra forma científica, de una hipótesis.

Diferentes indicios hacen pensar que la cantidad de nubes que cubre la Tierra, guarda una relación directa con el número de rayos cósmicos galácticos que la alcanzan y atraviesan.

Un proceso que supondría que inicialmente, los protones de alta energía ionizaran las sustancias volátiles difundidas en el aire, es decir al aerosol atmosférico.

Digo aerosol porque, en ingeniería ambiental, así es como se denomina a la mezcla heterogénea de partículas sólidas o líquidas suspendidas en un gas. Un término el de aerosol que, curiosamente, refiere tanto a las partículas suspendidas como al gas suspendedor.

Una ionización, sigo con el proceso físico-químico, que les induciría a condensarse en minúsculas partículas de agua suspendidas en la atmósfera, y que acabarían dando lugar a las gotas de lluvia.

Como seguro saben, ellas son los elementos básicos que componen las nubes.

Por decirlo de forma resumida, los rayos cósmicos serían la chispa que iniciaría la formación de las nubes y, por tanto, los responsables de las precipitaciones en la Tierra y de los inviernos severos en el norte de Europa.

Ésa es la hipótesis de partida.

Nubes de laboratorio
Y en busca de datos que la confirmen y conviertan en teoría, es por lo que hace ahora cinco años, un grupo de investigadores pusieron en marcha el proyecto Cosmics Leaving Outdoor Droplets (CLOUD).

Tienen su sede en los laboratorios del CERN de Ginebra (Suiza). Sí, acierta, si está pensando lo que me imagino. Es donde mismo se han realizado los últimos trabajos con neutrinos y el reciente hallazgo del bosón de Higgs. Se ve que no hay lugar ni momento de descanso para el CERN.

En esencia, se trata de aplicar la física de alta energía al campo de la climatología, y de esta manera investigar las posibles interacciones físicas entre los rayos cósmicos y las partículas que componen nuestra atmósfera.

Y para ello han llevado a cabo una simulación en el laboratorio.

Primero prepararon una mezcla gaseosa formada por vapor de agua H2O, dióxido de azufre SO2, ozono O3 y amoníaco NH3, es decir una reproducción de las condiciones climáticas del planeta.

Ya por su composición, y más en concreto por la proporción que de amoníaco hay presente en la atmósfera terrestre -del orden de cien partes por billón en volumen (100 ppbv)- se ha comprobado que aumenta, entre cien (100) y mil (1000) veces, la tasa de condensación de las partículas de ácido sulfúrico H2SO4. (Continuará)




1 comentario :

Anónimo dijo...

¿Qué significa "cien partes por billón en volumen"?
Nunca lo había leído por lo que le agradecería que lo explicara en EnroquedeCiencia.