viernes, 25 de abril de 2014

¿Qué es el campo de Higgs? (y 2)


(Continuación) Un nombre con el que por cierto no está muy de acuerdo el propio Higgs. De hecho, él tiene su propio nombre para la partícula: bosón ABEGHHK’tH.

Bosón ABEGHHK’tH
Ya saben que Peter Higgs (1929), tenía treinta y cinco (35) años cuando en 1964 anunció su hallazgo, si bien tuvieron que transcurrir unos años hasta que su teoría se concluyó en 1971.

Fue un periodo de tiempo en el que, varios científicos, realizaron importantes aportaciones.


Lo suficiente como para que el mismo Higgs considerara que el nombre del bosón, debería incluir algo de cada uno. Sólo así sería el bosón de todos.

Por eso propuso llamarlo bosón ABEGHHK’tH (Anderson, Brout, Englert, Guralnik, Hagen, Higgs, Kibble y ‘tHooft), incluyendo a todos los que aportaron algo al descubrimiento.

Una idea loable y de agradecer pero que, a la vista está, resulta poco práctica. El motivo es obvio, y no otro que el de la concreción.

Éter lumínico
No sé por qué razón, esta idea del campo de Higgs, a modo de una especie de continuo que se extiende por todo el espacio formado por un incontable número de bosones, me recuerda en muchos aspectos a la hipótesis del éter lumínico.

Ésta es la ocurrencia interruptora a la que me refería antes. Y me imagino que están al tanto de por dónde voy, con lo del éter lumínico.

No aludo exactamente al éter, la quinta esencia aristotélica. Ese quinto elemento del que supuestamente estaban hechos los cielos y que, junto al agua, aire, tierra y fuego, componía esa iniciática teoría de los elementos, como sustancias básicas del universo. No.

Tampoco va con el éter químico, ese grupo funcional del tipo R-O-R', donde R y R' son grupos alquilo. Tampoco.

El éter lumínico está asociado a una teoría obsoleta y errada del siglo pasado, según la cual debía existir un supuesto y problemático fluido ultra-elástico e imponderable, que actuara como soporte material para las ondas de luz.

Problemático, porque debía de gozar de teóricas propiedades contradictorias y excluyentes entre sí y, supuesto, ya que ningún experimento ha encontrado la menor muestra de su existencia hasta ahora.

Unos resultados infructuosos que, ojo, no demuestran su inexistencia. Recuerde que la ausencia de prueba nunca es prueba de la ausencia. Para llegar hasta ahí, desde el punto de vista de la ciencia, hay que hacerlo mediante demostración teórica. Un camino largo.

Y que fue lo que hizo en 1905, el físico germano-estadounidense Albert Einstein (1879-1955) en su Teoría de la Relatividad Especial (TRE), donde descarta definitivamente la existencia del tal éter lumínico.

Hablamos de los albores del siglo XX, si bien la relación entre ambos, irreal sustancia y científico real, se había iniciado unos años antes, hacia finales del XIX. Fue en la localidad de Aarau donde Einstein escribió su primer ensayo científico: 'Sobre el examen del estado del éter en los campos magnéticos'.

Trataba de las interrelaciones entre la electricidad, el magnetismo y el supuesto éter. Se lo mandó a su tío de Stuttgart en la primavera de 1895. El joven de pelo negro y ensortijado ya prometía, tenía tan sólo dieciséis (18) años.

Campo de Higgs
Y para ir acabando vuelvo al comienzo.

Les dejo con un magnífico vídeo donde se explica de forma clara las relaciones comentadas entre masa y energía, bosones y campos, partículas elementales e interacciones fundamentales, el funcionamiento del mecanismo de Higgs, etcétera.


Digo ir acabando y no acabar, pues tengo otra explicación del mecanismo, ésta en clave de humor. Es decir que es cosa seria. En breve.



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