Las gafas de sol y la moda
Fue en 1929 cuando las gafas de sol saltaron al mundo de la moda. La empresa Foster Grant, dedicada a los complementos femeninos en el vestir, lanzó el producto como un objeto para proteger de la luz del sol a los bañistas de las playas de Atlantic City.De su visión comercial nos da una buena idea el expositor en el que las mostraba, diseñado ex profeso y que ha perdurado hasta nuestros días.
Lo podemos ver aún en casi todas las ópticas, pues se trata de ese carrusel giratorio vertical que, dicho sea de paso, está inspirado en los asadores de pollos.
Una inspiración poco glamurosa, ya lo sé, pero es la verdad.
Como cierto es también que su alto precio hacía prohibitivas estas gafas para la gran mayoría de las personas. De modo que sólo eran compradas por los ricos y famosos de la época, por ejemplo, las estrellas del incipiente cine mudo.
Sólo por ellos, pero era sólo el comienzo.
Como suele suceder en estos casos los costos de fabricación se abarataron y, en poco tiempo, la producción en masa de gafas de sol en Estados Unidos era un hecho. Y con él, su extensión por el resto del mundo, una realidad.
Visto así, no andan faltos de razón los historiadores que consideran que el uso de la expresión “gafas de sol” es un anacronismo, si lo hacemos antes del pasado siglo XX. Una puntualización temporal.
Ya no se trataba sólo de protegerse del sol, no. La cuestión gafística iba más allá de la mera protección. De lo que en realidad se trataba era de que complementara nuestra vestimenta. Y lo hiciera de forma elegante, diferenciada y misteriosa.
Algo que la Foster consiguió sin duda alguna.
Dio en el clavo involucrando en su campaña a famosas estrellas de Hollywood como Rachel Welch, Mia Farrow, Anthony Quinn o Annita Ekberg, que aparecieron en numerosas fotografías luciendo las gafas con poses sugerentes.
El lema era: “¿Quién está detrás de esas Foster Grant?”. Porque en esas poses, merced a las gafas de cristales tintados, no se les veían los ojos. Pero detrás podían estar Peter Sellers, Vittorio Gassman o Woody Allen.
Una finalidad por tanto ocultista, como la de los jueces chinos ocho siglos antes. Recuerden. Ya ven las vueltas que da el mundo.
Gafas que nacieron originariamente para protegerse de la luz y poder ver a través de ellas, pasan a ser utilizadas para ocultar los ojos de miradas no deseadas.
Hoy como ayer. Nada nuevo bajo el Sol, que dijo el clásico.
Pero bueno, en este caso, el asunto de la autoría está más que claro. Fueron las estrellas de Hollywood las que lanzaron las gafas de sol al estrellato de la moda, hace ya medio siglo.
Pero ojo que estos instrumentos, a pesar de la publicidad, son algo más que un complemento de moda. No en vano vemos a través de sus cristales. (Continuará)
Como cierto es también que su alto precio hacía prohibitivas estas gafas para la gran mayoría de las personas. De modo que sólo eran compradas por los ricos y famosos de la época, por ejemplo, las estrellas del incipiente cine mudo.
Sólo por ellos, pero era sólo el comienzo.
Como suele suceder en estos casos los costos de fabricación se abarataron y, en poco tiempo, la producción en masa de gafas de sol en Estados Unidos era un hecho. Y con él, su extensión por el resto del mundo, una realidad.
Visto así, no andan faltos de razón los historiadores que consideran que el uso de la expresión “gafas de sol” es un anacronismo, si lo hacemos antes del pasado siglo XX. Una puntualización temporal.
Las gafas de sol y Hollywood
Sin embargo, el auténtico tirón comercial no llegó hasta los años sesenta y vino de la mano de las estrellas de Hollywood y una atrevida campaña publicitaria, con la que la Foster Grant Company consiguió convertir las gafas de sol en todo un complemento de moda. Ya no se trataba sólo de protegerse del sol, no. La cuestión gafística iba más allá de la mera protección. De lo que en realidad se trataba era de que complementara nuestra vestimenta. Y lo hiciera de forma elegante, diferenciada y misteriosa.
Algo que la Foster consiguió sin duda alguna.
Dio en el clavo involucrando en su campaña a famosas estrellas de Hollywood como Rachel Welch, Mia Farrow, Anthony Quinn o Annita Ekberg, que aparecieron en numerosas fotografías luciendo las gafas con poses sugerentes.
El lema era: “¿Quién está detrás de esas Foster Grant?”. Porque en esas poses, merced a las gafas de cristales tintados, no se les veían los ojos. Pero detrás podían estar Peter Sellers, Vittorio Gassman o Woody Allen.
Una finalidad por tanto ocultista, como la de los jueces chinos ocho siglos antes. Recuerden. Ya ven las vueltas que da el mundo.
Gafas que nacieron originariamente para protegerse de la luz y poder ver a través de ellas, pasan a ser utilizadas para ocultar los ojos de miradas no deseadas.
Hoy como ayer. Nada nuevo bajo el Sol, que dijo el clásico.
Pero bueno, en este caso, el asunto de la autoría está más que claro. Fueron las estrellas de Hollywood las que lanzaron las gafas de sol al estrellato de la moda, hace ya medio siglo.
Pero ojo que estos instrumentos, a pesar de la publicidad, son algo más que un complemento de moda. No en vano vemos a través de sus cristales. (Continuará)
1 comentario :
No veo qué tiene de científica esta entrada. Por lo demás el blog me gusta
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