¿Es lo mismo un alcoholímetro que un etilómetro?

En esencia sí, aunque hay algunas diferencias entre uno y otro. Veamos.

De entrada podemos decir que se tratan de dos nombres distintos, con los que referirnos a un instrumento utilizado en la determinación del nivel de alcohol presente en cualquier disolución fluida, sea líquida o gas.

De modo que puede ser empleado para medir el porcentaje en alcohol de una bebida alcohólica, de la sangre o del aire exhalado (espirado) en nuestra respiración, por ponerles ejemplos relacionados con la temática que nos trae estos días. Hasta aquí lo que tienen en común.

Acerca del alcoholímetro

Ciñéndonos al contexto en el que Noelia me inquiere (ella es la amable lectora del blog que hace la pregunta), el alcoholímetro utilizado por los agentes de tráfico es de mano, portátil, con pantalla digital y, mediante un sensor de gas, mide el tanto por ciento de alcohol en sangre que lleva quien lo sopla.

Se trata de un instrumental especializado, con muy poco margen de error. La precisión de los modelos utilizados por los agentes de tráfico es de un 7,5%.

Ése es su error relativo, que viene a significar que si al soplar marca cero coma veinticuatro miligramo de alcohol por litro de aire (0,24mg/l), la medida oscila entre 0,22 y 0,26. Lo que deja un margen legal de apelación.

En principio, el valor numérico que nos dé, es ya una evidencia científica para saber si esa persona está en condiciones o no de conducir. Pero una evidencia cuyo valor sólo aparece en la pantalla del alcoholímetro y después desaparece.

Bueno ella y algunos de los síntomas reveladores de la influencia del alcohol en el comportamiento de una persona, como el deambular errático y el habla balbuceante. Ya me entienden.

Luego realizar el test de alcoholemia con el alcoholímetro, es una medida muy importante y necesaria para nuestra seguridad en calles y carreteras. En España mueren cada año alrededor de dos mil (2000) personas en accidentes de circulación, sin contar otras tantas que sobreviven con graves secuelas psicomotrices.

Bueno, pues en más de la mitad de estos accidentes intervino un conductor bajo los efectos del alcohol. Una muy mala relación. El combinado alcohol-conducción nos pone en peligro a todos.

Es mejor soplar sin haber “soplado”. Mucho mejor.

Acerca del etilómetro

Que es necesario el test de alcoholemia con el alcoholímetro a efectos físicos de seguridad les decía, y es cierto. Como no lo es menos, que resulta no suficiente a efectos legales. Su alcance tiene tan solo un valor orientativo o indiciario.

Para poder hacer la pertinente denuncia es necesario realizar una segunda prueba, ahora con el etilómetro, un alcoholímetro de mayor precisión.

Viene a ser una especie de maleta fija de mediano tamaño que se porta en las furgonetas de atestados, y en la que el conductor sopla a través de un tubo grande. Es el segundo aparato del que disponen los agentes de tráfico en el ejercicio de su trabajo, para determinar la tasa de alcohol en el aliento de los conductores.

Su precisión es de un 5%. Ése es su error relativo de modo que, si al soplar marca cero coma veinticuatro miligramo de alcohol por litro de aire (0,24mg/l), la medida oscila entre 0,23 y 0,25. Menor que en el caso del alcoholímetro, lo que deja un margen legal aún menor de apelación.

Pero no sólo aporta mayor precisión, el etilómetro, además, imprime un ticket con un conjunto de datos del: conductor, lugar, tasa, etcétera que se adjuntan a la denuncia o al expediente judicial, según el caso.

Se trata de una impresión que tiene validez documental ante un juez y que faculta al agente, ipso facto, a la denuncia o a la detención del conductor ebrio.

Aunque siempre le queda el análisis de sangre, y del que les he puesto sobre aviso en relación con algunas de sus contraindicaciones, como la económica y de fiabilidad, en caso de salir positivo. Usted mismo.

Pero queda en el aire una nueva cuestión: ¿Cuáles son las ventajas al usar alcoholímetros o etilómetros, en vez de realizar un análisis de sangre?