¿Es lo mismo temperatura que sensación térmica?

No. No lo es. Para empezar a diferenciarlas conviene saber que la temperatura (t) de un sistema es una magnitud física, termodinámica en concreto, que guarda relación con la energía interna (Ei) de las moléculas que conforman el sistema.

De valor mesurable en todo momento por los instrumentos adecuados, y expresable en una escala térmica con diferentes sistemas de unidades, es por tanto, objetiva y única. Depende sólo del sistema a medir.

Sin embargo, sensación térmica, es la percepción o estimación subjetiva que tenemos de esa temperatura, unida a otros factores como humedad, viento, índices metabólico e indumentario, etcétera.

Por ejemplo, si a la temperatura de tres grados Celsius (3ºC) que nos da el termómetro y que percibimos como baja, le sumamos un viento de veinte kilómetros a la hora (20 km/h), nos proporcionarán una sensación térmica aparente más baja aún, que podría ser de frío intenso.

Luego la sensación térmica no es única, está influida por el entorno. Es más, también es subjetiva, depende del sujeto.

Factores de la sensación térmica

A efectos de simplificar este prontuario termodinámico, el análisis de estos factores se puede realizar agrupándolos en dos grandes categorías: ambientales e individuales.

Entre los factores ambientales o externos se encuentran: a) Temperatura seca y húmeda; b) Humedad relativa del aire; c) Temperatura radiante media o temperatura de bulbo negro; d) Velocidad del aire y e) Relación del aire y el ambiente.

Y entre los factores individuales o personales: a) Índice metabólico, asociado a la temperatura que tiene nuestro cuerpo; b) Índice de indumento, relacionado con el aislamiento térmico que proporciona la ropa que llevamos puesta.

Es decir que la sensación térmica depende tanto de las condiciones del exterior, comunes para todos los que estemos en un mismo lugar, como de las propias de cada uno de nosotros. Y sabido es que cada uno somos de nuestro padre y de nuestra madre.

Y sentimos lo que sentimos.

Luego lo más probable es que, aun estando en las mismas condiciones ambientales, la sensación térmica que cada uno experimente sea diferente de la de los demás.

Cuántas veces en estos días, estando en la piscina o la playa, hemos preguntado cómo está el agua antes de bañarnos y nos han dicho que buena. Que está a una temperatura ideal.

Y confiados nos hemos metido en ella, y no acabamos de entrar y ya nos estamos acordando de la madre que trajo al mundo, a quien nos dijo que estaba ideal.

Resulta que para nosotros, está helada ¿Lo ven? Misma agua, única temperatura y, sin embargo, dos sensaciones térmicas distintas. En realidad hay tantas como personas.

Está claro que lo que llamamos sensación térmica es algo muy, muy, personal.