Goldfinger o la chica de la muerte dorada (5)

(Continuación) Entre los primeros figuran, principalmente, los hidrocarburos (formados por átomos de hidrógeno y carbono) insolubles en agua y que, en su mayoría, son parafinas, naftenos y aromáticos.

Además de los hidrocarburos, el petróleo contiene otros compuestos también orgánicos, entre los que destacan: sulfuros orgánicos y compuestos de nitrógeno y de oxígeno.

Ya dentro de los inorgánicos se encuentran trazas de compuestos metálicos (sodio Na, hierro Fe, níquel Ni, vanadio V o plomo Pb. Asimismo, se pueden hallar trazas de porfirinas.

Y de la divulgación química nos pasamos a la biológica.

Divulgación biológica: la piel, un órgano complejo

Es sabido que la piel es mucho más que una simple barrera que nos defiende del exterior. Se trata del órgano más grande del cuerpo y está en constante actividad biológica, ya que no son pocas las funciones que realiza. Entre ellas:

a) Nos aísla del exterior y nos protege frente a agresiones, como las infecciones.

b) Ejerce una acción defensiva contra las radiaciones ultravioletas (UV) del Sol, mediante la síntesis de la melanina.

c) Interviene en la síntesis de la vitamina D.

d) Tiene un papel destacado en la regulación de la temperatura corporal.

e) Nos proporciona información (temperatura y tacto) del exterior que es imprescindible para nuestra supervivencia.

f) Excreta agua, grasa y otros componentes del sudor.

g) Y, finalmente, también absorbe agua y otras sustancias.

Es decir, que la piel no es totalmente impermeable; existe una interacción y un intercambio continuo de sustancias con el medio ambiente que nos rodea. Es lo que se da dado en llamar la “respiración de la piel”.

Un concepto científico que nos lleva al principio del asunto. Si la piel respira, ¿significa que nos podríamos asfixiar, si nos la cubren con pintura como ocurre en Goldfinger?

La verdad de la mentira

En absoluto. Vaya por delante esta negación de la mayor. Aunque captamos oxígeno a través de la piel, sería del todo imposible asfixiar a una persona, como ocurre en las secuencias cinematográficas. Ni con pintura dorada ni con petróleo.

El motivo está claro. Varios estudios realizados revelan que, ese oxígeno captado del exterior queda en la epidermis, de hasta 0,4 mm de espesor, y no tiene ninguna relación con el flujo sanguíneo interno.

Un volumen de oxígeno, por cierto, despreciable frente al que aporta la respiración pulmonar. Luego es muy poco probable que su ausencia nos cause la muerte.

Sencillamente porque sólo respiramos por la nariz y la boca, no por los poros de la piel. (Continuará)