(Continuación) El término da
nombre a una especie de enfermedad, el
síndrome de Rebeca. Es el que padecen las personas cuando sienten que su
pareja sentimental no logra olvidar a la “otra”.
No importa si se separaron,
divorciaron o enviudaron. El caso es que no se liberan de su recuerdo. Ya les
dije que la sombra de Manderley es alargada y negra. Pues ya ven, también es
enfermiza.
Tanto que termina por producir un
agobio emocional, que deja exhausto a cualquiera. Me explico. Si la Rebeca de turno está
muerta, entonces se trata de un fantasma con el que no se puede competir. Lo
que es un mal asunto.
Pero si está viva y, como suele
ser frecuente, no deja de hacer el fantasma, que para el caso es lo mismo,
estarán conmigo que es peor. Mucho peor.
Como ven es un síndrome terrible
que, ojo, también puede afectar al hombre. Se manifiesta, por ejemplo, cuando
su pareja, como dejándolo caer, le dice:
“Mira cariño, no te lo digo para
que te enfades pero mi ex, pues eso, que estaba mejor servido que tú. Sí, en lo
que ya sabes. Tú me entiendes. Pero vamos, que mucho mejor”.
No me digan que no es para
enfermar. Cualquier hombre que escuche semejante afirmación, no tiene por menos
que experimentar los efectos de la gravedad en salva sea la parte. Además de
forma instantánea.
Y nada de metáforas. Digo esto en
sentido literal. En el más literal de los sentidos. Después de un palo
psicológico de esta envergadura (perdón), no hay quién se levante (vaya, perdón
de nuevo).
Tengo para mí que debe ser lo más
parecido al preámbulo de la impotencia. No lo sé. Como tampoco sé si tiene nombre
la cosa. Por si no lo tiene, ya de la que va, propongo uno: el síndrome del Rebeco.
Una maldición para cualquiera.
3 comentarios :
Yo no creo que el síndrome de Rebeca sea una enfermedad como tal. Si una persona tiene esas sospechas son, en la mayoría de los casos, porque su pareja ha hecho o dicho cualquier cosa que le haga pensar eso. Aunque claro, si la pareja no da ningún motivo, sí que sería una obsesión enfermiza, y un síndrome.
Supongo
Un abrazo
Pía Baroja, su razononamiento es casi totalmente correcto. Un síndrome no tiene por qué consistir en una enfermedad o en algo, para que todos lo entiendan "malo". Un síndrome es una serie de síntomas producidos en serie. ¿Qué quiere decir ésto? Pues que si, por ejemplo, me pica el 3er dedo del pie, me duele la cabeza de manera constante y además, esta sintomatología se repite en otros muchos sujetos, podré designar, de acuerdo con la comunidad científica, un nuevo síndrome. Al aplicar éste razonamiento, concluimos en que toda manera de actuar que se repita en varios sujetos de manera similar podrá ser denominada como un síndrome, como sucede con muchos síndromes, entre otros y más conocido, el síndrome de Asperger, que no es más que una forma de pensar.
Espero no errar en mi razonamiento y, en el caso de que ésto no sea así, siento la equivocación.
Saludos.
A lo mejor lo tengo yo, que no pillo la ironía en su frase.
Publicar un comentario