domingo, 13 de mayo de 2018

Richard Feynman. Hombre y científico (y 2)

(Continuación) Dibujante y pintor aficionado, llegó a recibir el encargo de pintar una mujer torera desnuda y gozó de cierta fama como humorista iconoclasta y escritor. Con veinte años de antelación intuyó la nanociencia y la nanotecnología, lo que no fue óbice para que se convirtiera en un consumado percusionista de jazz, amante de los bongos y experto en abrir cerraduras y cajas fuertes, incluidas las del ejército.
Le explicó física al mismo Albert Einstein y contribuyó de forma significativa a la física de la superfluidez del helio líquido (He (l) subenfriado, a la par que no se recató en suscitar polémicas declaraciones cuestionando la religión y en luchar contra la pseudociencia de los fenómenos paranormales. Que se lo digan si no a Uri Geller, que no salió bien parado en una actuación de la televisión estadounidense en la que estuvo él, pero que tan fácilmente engañó en la española al recientemente fallecido José María Íñigo.
Formuló la mecánica cuántica mediante las ‘integrales de camino’. Inventó una representación sencilla y ampliamente usada, conocida como diagramas de Feynman. Y colaboró en la teoría que describe las interacciones electromagnéticas entre partículas elementales. Claro que también llegó a tocar con maestría la ‘frigideira’ en una banda de samba brasileña, fue un empedernido asiduo de los bares donde las camareras trabajaban en topless y se convirtió en una estrella de la televisión.
Por otro lado hizo aportaciones a la física de la materia condensada y la computación cuántica entre otros campos, sin olvidarnos que llegó a investigar el desastre del transbordador Challeger que se desintegró en 1968, y ha pasado a la historia de la divulgación científica por sus extraordinarios libros y geniales lecciones. Bueno, hasta formó parte del selecto Club de la corbata del ARN (RNA Tie Club), siendo el miembro número ocho, la GLY (glicina). Ah, y para que no falte un punto de suspense, lo acusaron de ser un espía soviético ¿Qué? ¿Cómo lo ve?
No hay duda de que estamos ante un prisma con muchas caras en las que reflejarnos, pero que como tal figura geométrica, tiene alguna que otra arista de las que cortan. Lo digo porque siempre hay un pero en el cesto de cualquiera y el de Feynman no podría ser menos. Aunque genial, al fin al cabo nuestro hombre era humano, demasiado humano como diría Nietzche y quien es uno para llevarle la contraria a semejante pedazo de filósofo. Por ponerle un pero apuntemos aquí que, a diferencia de otros colegas contemporáneos suyos como Hans Bethe, Julian Schwinger o Viktor Weisskopf, él no creó una escuela en torno a él ¿A qué pudo ser debido?
Acabo con un par de preguntas ¿Es suficiente este prontuario biográfico para mostrar interés por este científico con aspecto de galán de película de bajo presupuesto? ¿Qué le parece que hagamos? Quedo a la espera. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.


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