(Continuación) En este caso lo haremos en luna llena o plenilunio,
de la que tendremos la primera de la estación el próximo 5 de octubre, produciéndose las siguientes cada 29 o 30 días
después. Es decir, el 4 de noviembre
y 3 de diciembre.
Si dispone de prismáticos grandes o de un pequeño telescopio, dotados eso
sí de un filtro lunar adecuado, se puede observar bastante bien el relieve del
satélite. Para tener una buena visión se aconseja ir observándolo noche tras
noche, mientras va creciendo la iluminación de la Luna. De esta forma podrán
ver aparecer nuevos accidentes orográficos en cada sesión. Aconsejable.
Mirando al cielo otoñal: Planetas, meteoros y constelaciones
Al amanecer serán visibles los planetas
siguientes: Marte, Venus hasta diciembre y Júpiter desde noviembre, mientras que
en el cielo vespertino lo serán Júpiter
hasta mediados de octubre y Saturno
hasta primeros de diciembre.
Aunque no disponga de ningún telescopio, es posible observar a simple vista
las lluvias de meteoros que a lo
largo de esta estación se producirán de forma ocasional. La primera importante
del otoño es la de las Dracónidas, cuyo máximo se da hacia
el 8 de octubre, días después del
primer plenilunio.
Otra lluvia de meteoros popular en otoño es la de de las Leónidas,
que se da alrededor del 17 de noviembre,
un día después del segundo novilunio y que a veces llega a ser muy intensa. Si
bien la más intensa suele ser la de las Gemínidas, cuyo máximo ritmo se da
alrededor del 13 de diciembre.
En lo que respecta a esas agrupaciones ficticias de estrellas que conocemos
como constelaciones, sólo decir que alrededor
de la estrella Polar se verán a lo largo de la noche las de: Cisne, Casiopea, Osa
Menor y Jirafa.
Las constelaciones eclípticas
visibles en este periodo van de Capricornio a Virgo. Por encima de la eclíptica
destacarán Pegaso y Andrómeda; por debajo, la Ballena y Orión, así como las
estrellas Sirio y Proción.
Si la noche es muy oscura por haber luna nueva, se puede intentar ver la galaxia de Andrómeda, nebulosas de emisión, como la de Orión,
o el cúmulo de estrellas de las
Pléyades. Y con prismáticos también se pueden ver las lunas más brillantes de
Júpiter, cuando es visible, o hacer un recorrido por la franja estrellada que
constituye la Vía Láctea.
Actividad solar
Como bien saben la actividad de nuestra estrella se caracteriza por la
presencia en su superficie de manchas, fulguraciones y protuberancias que en la
Tierra suelen producir alteraciones en la propagación de las ondas de radio y una mayor presencia de
auroras polares.
Se trata de una actividad que sigue un periodo de aproximadamente once (11)
años y que está asociada al ciclo magnético del Sol. Actualmente nos
encontramos en el ciclo solar número veinticuatro (24), que se inició en
diciembre de 2008 y alcanzó su máximo durante la primavera del año 2014.
Según las estimaciones realizadas por NOAA
y Space Weather Prediction Center, durante
el otoño el número de manchas solares seguirá decreciendo hasta alcanzar
valores comprendidod entre 9 y 32.
Gráficas con el número de manchas solares en
los últimos años y predicciones de la evolución del ciclo 24 pueden encontrarse
aquí.
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