(Continuación) Aunque hacia 1889 el hombre ya había imaginado
electrodomésticos predecesores de los actuales, como máquinas que peinaban y
maquillaban, quizás destacaron sobre ellas, a lo largo del siglo XX, las
aspiradoras.
Con ellas las mujeres en general, señoras y sirvientas, la limpieza de los suelos lo tendrían mucho más cómodo. En principio sería una máquina eléctrica
que lo haría por ella, una especie de carrito que sólo tendría que guiar por la
habitación en busca de rincones rebeldes.
La de los artefactos para limpiar suelos y alfombras, para aspirar el polvo
y demás es, una historia con muchos capítulos que tiene un largo recorrido en el
tiempo y, como no puede ser de otra forma, una paternidad compartida.
Entre ellos y porque fue quien creó la primera aspiradora, patentándola en
1901, destacar al ingeniero inglés Hubert
Cecil Booth, que ya fue enrocado más o menos por estas fechas solo que hace
siete años.
Es uno de esos nexos que me gustan
pues relacionan la aspiradora, con la noria, el cine y la música. En cuanto
pueda les escribo sobre él, mientras pueden leer algo aquí. (Continuará)
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