Alrededor de las 03:54 GMT del pasado martes 5 de julio, la sonda Juno de la NASA, impulsada por energía solar, se incorporaba a la órbita del planeta Júpiter.
Seis (6) días después la cámara ‘JunoCam ‘, instalada a bordo de la sonda se encendía y retrataba al gigante gaseoso (es el mayor planeta del Sistema Solar) y a sus lunas Ío, Europa y Ganímedes.
A pesar de que la imagen tiene una resolución relativamente baja, podemos ver a los tres satélites así como la espectacular atmósfera que recubre a Júpiter, incluida la Gran Mancha Roja.
Realizada desde una distancia de cuatro coma tres millones de kilómetros (4 3000 000 km) en la primera órbita que traza Juno, el pasado domingo llegaba la imagen a la Tierra siendo difundida por la NASA el pasado miércoles.
Se trata de la primera fotografía que ha sobrevivido sin daños, dada la extrema radiación que rodea a Júpiter por un lado, y a lo crítico de este momento de la misión espacial.
No olvidemos que debido a la atracción gravitatoria del planeta, el vector velocidad orbital de la sonda, debía tener el valor exacto en módulo y dirección.
Acerca de la misión
De la primera órbita “juniana” han de saber que durará aproximadamente cincuenta y tres (53) días, y que está previsto tengan lugar treinta y seis (36) órbitas más. En algunas de ellas la sonda se convertirá en la nave espacial que más se acerque al planeta, pues lo hará a unos cuatro mil cien kilómetros (4100 km). Lo que dice estar muy, muy, cerca. Pensándolo, viene a ser los dos tercios del radio terrestre.
Entre sus objetivos, el más inmediato será la toma de imágenes de los dos polos, las primeras que se hayan tomado nunca, que se realizarán ya en alta resolución el próximo 27 de agosto, dada su proximidad.
Después vendrán otros objetivos científicos relacionados con el planeta, como averiguar si tiene un núcleo sólido, saber algo de las capas intermedias o determinar cuánta agua contiene.
Por supuesto que también se obtendrán datos que ayuden a entender cómo se formó el Sistema Solar.
Con una masa de alrededor de tres mil quinientos kilogramos (3500 kg) y el tamaño de una cancha de baloncesto, su envergadura es de casi veinte metros (20 m), la sonda Juno, no tripulada, ha tardado cinco años en llegar impulsada por energía solar.
Se espera que esté orbitando alrededor del planeta hasta febrero de 2018, cuando será precipitada contra su superficie.
Mientras no dejará de tomar datos del mismo y analizarlos, con sus numerosos instrumentos científicos de a bordo.
No en vano la misión va a terminar costando más de mil cien millones de dólares (1 100 000 $) y hay que rentabilizarla de todas las formas posibles.
1 comentario :
¿Es una casualidad que la sonda enviada al planeta se llamen Juno y Júpiter?
Publicar un comentario