viernes, 8 de julio de 2016

Eugenia de Montijo y el canal de Suez (y 2)

(Continuación) Pero es justo decir que no es menos responsable de la transmisión de los errores, el poco rigor a la hora de documentarse, que algunos podamos tener. Y que cometeríamos al no comprobar de forma fehaciente, la veracidad de las fuentes que consultamos.

Cada uno debe entonar su mea culpa.

Todo lo anteriormente escrito, dicho sea en lo concerniente a la propagación del conocimiento. Pero es que del origen de esta fábula no hemos dicho nada aún, y ha llegado su hora.

Aida, Suez y Verdi
Como suele ocurrir en estos casos, lo sé por propia experiencia, que lo más probable es que no haya una sola causa motivadora, sino varias. Les cuento de hasta cuatro (4) que he averiguado:

a) Como hay que dar al César lo que le es propio, debo empezar diciendo que es cierto que para la inauguración del canal, Verdi recibió el encargo de componer una ópera. Se pretendía que la obra estuviera ambientada en el Egipto de los faraones y que exaltase el pasado del país.

Normal y adecuado.

Sin embargo el tiempo pasaba y no terminaba de llegarse a un acuerdo entre gobierno y compositor, de modo que el retraso se acumulaba. De hecho tanto se retrasó que, parece ser, se optó por cambiarlo por un sencillo himno.

Un nuevo encargo que, por motivos que ignoro, tampoco terminó de cuajar. Y al final el encargo se anuló. Así que asunto zanjado. Por lo que se podría pensar que punto y aparte. Pero no. Sólo fue punto y seguido. O sea.

b) Y seguido digo porque un par de semanas antes de lo del canal, y dentro de los actos de la celebración, también se inauguró el Teatro Real de la Ópera. Y se hizo, precisamente, con la representación de una ópera de Verdi.

No me digan, con la de compositores que hay. O sea que.

Pero, ojo, no era Aida, sino Rigoletto. O sea que no.

c) Que no, pero que sí. Porque la confusión está aún entre nosotros y buena prueba de ello es que me están leyendo.

Pensando, pensando, tengo para mí que la ambientación de la trama de la ópera Aida en el antiguo Egipto, podría haber dado pie y ayudar después a la creación de este error. Podría ser, por qué no.

d) La he dejado para el final por evidente. Como seguro se habrán percatado, por una mera cuestión temporal de unos dos (2) años, es del todo imposible que la obra representada fuera Aida.

Basta prestar atención a las fechas. El canal se inauguró en 1869, mientras que la obra no fue compuesta hasta 1871. O sea que imposible de toda imposibilidad.

Aunque para enredar la cosa un poco más, Aida fue estrenada en ese mismo escenario, el 24 de diciembre de 1871.

Habían pasado ya más de dos años desde la inauguración del canal.

No sé cómo lo ven ustedes pero por lo que les he contado, tampoco es de extrañar que la confusión naciera y persistiera durante un tiempo. Otra cosa es el mal uso de Internet. (Continuará)



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