¿Por qué los cirujanos visten de verde? (2)

(Continuación) Lo que a la larga ha llevado a que, de hecho, su uso esté generalizado en el campo de la medicina.

Desde médicos hasta cirujanos, pasando por enfermeros y celadores, incluidos los farmacéuticos. Todos utilizan la bata blanca como uniforme. Lo que, mire usted por donde, ha traído una nueva moda en la forma de vestir médica hospitalaria, que después le cuento.

Por ahora nos basta con saber que esta bata, en forma, tamaño y color, ha cambiado con el paso del tiempo.

Lo que nos lleva al tercer motivo de porqué el color blanco en la vestimenta médica.
A nadie escapa el aspecto práctico que este color tiene desde el punto de vista sanitario. Símbolo de pureza, el blanco, delata rápidamente cualquier tipo de suciedad y, por tanto, de posible infección. Un aspecto fundamental en el ejercicio médico.

Sin embargo, a principios del pasado siglo XX, la teoría física del color hizo cambiar este punto de vista. En 1914, un cirujano decidió que el color rojo de la sangre vertida en las operaciones, contrastaba de forma gráfica y desagradable con el blanco de batas y sábanas.

Un contraste a su entender innecesario y gratuito. De ahí que se planteara cambiar el color.

¿Por qué los cirujanos visten ahora de verde o azul?

En un principio, el color elegido para remplazar el blanco de su ropa fue un verde espinaca. Un color con el que, no sólo se neutralizaba, en buena medida, el brillo y el contraste de la sangre roja. Sino que además transmitía sensación de limpieza y asepsia, a la vez que resultaba relajante.

Una buena elección.

Con posterioridad, ya acabada la Segunda Guerra Mundial, SGM, y fruto de los cambios que experimentaron la iluminación de las salas de operaciones a lo largo del siglo XX, la tendencia derivó a utilizar un verde más difuso.

Una cuestión científico-técnica que incluso, en 1998, mereció un artículo en Today’s Surgical Nurse. En la actualidad este verde se compatibiliza con el color azul, un tipo especial de color con un gran contenido de gris. Otro cambio motivado por el desarrollo tecnológico.

Al margen de la cuestión estética, contraste rojo-blanco del binomio sangre-bata, son varios los argumentos científicos aportados para estos cambios cromáticos en el ropaje de un quirófano.

El principal es porque permiten mirar y ver mejor a los médicos en la sala de operaciones, ya que estos coloridos se oponen cromáticamente al rojo de la sangre.

En primer lugar mejoran su visión, porque, de estar continuamente viendo el color rojo y rosado del cuerpo, el cirujano experimenta un agotamiento visual por insensibilización. Un proceso que le reduce su capacidad para diferenciar la diferente gama de rojos y rosados. Lo que puede ser fatal.

Está demostrado que alternar la visión con un color opuesto como el verde, refresca la vista al relajarla, permitiendo de nuevo diferenciar las distintas tonalidades de rojo y rosado.

En segundo lugar minimizan un efecto óptico secundario no deseado que provoca el color blanco. Sucede que, cuando pasamos de ver algo rojo a algo rosado, de forma continuada, como ocurre en una operación quirúrgica, si de pronto vemos algo blanco, nuestro cerebro crea una ilusión óptica que nos hace verlo de color verde.

Se cree que es una especie de mecanismo de defensa frente a tanta monocromía, que nos hace inventarnos un color.

Y en este caso en el que se mezclan rojo, rosado, rojo, rosado, rojo, rosado, de pronto con el blanco, vemos un verde inexistente que, ya se puede imaginar, puede traer problemas en la operación.

Una ilusión óptica que no se produce si el color que vemos es el verde. O también el azul, aunque en menor grado. (Continuará)