Ernest Solvay (1838-1922) fue un químico industrial belga al que de joven, por desgracia, una
enfermedad le impidió ir a la universidad.
Una desgracia. Pero
como dicen que no hay mal que por bien no venga, se puso a trabajar en la industria química de su tío. Lo que
resultó providencial. Verán porqué les digo esto
Cuando llevaba
dos años trabajando y con sólo 23 años de edad, ya había adquirido su primera
patente para la producción de sosa.
Aunque conocido
por el desarrollo de un método para la producción de carbonato de sodio (Na2CO3),
que mejoraba el existente método Leblanc
y por la invención de la Torre Solvay
de carbonatado, Solvay también ideó varios métodos de purificación de gases.
En 1863
construyó su primera fábrica y en 1900, el 95% de la producción mundial de sosa
provenía del proceso Solvay. Hoy en día siguen operativas más de sesenta (60)
fábricas que lo emplean.
La sosa es un
componente esencial en numerosas aplicaciones industriales como la fabricación
del vidrio, la metalurgia o la fabricación de detergentes.
Es decir todo un
negocio su método de fabricación industrial, que le reportó a Solvay una
riqueza considerable, y que él utilizó de forma desprendida en beneficio de la
investigación científica.
Fundó varios
institutos internacionales de fisiología,
sociología, física y química. Aunque,
con diferencia, la más reconocida de sus actividades fueron las Conferencias Solvay sobre física cuántica y estructura
atómica.
Pero su
aportación a la comunidad no quedó en el terreno científico. También tomó
algunas iniciativas sociales. Fue un
precursor de la legislación social en sus industrias, e inició un sistema de
seguridad social inexistente hasta ese momento.
Su pionero
sistema contemplaba una pensión para los trabajadores, desde 1899; limitaciones
al horario de trabajo y jornada de 8 horas desde 1908; la instauración de vacaciones pagadas desde
1913 y una especie de reciclaje profesional.
Impresionante
para la época.
También entró en
política siendo un liberal
comprometido, que fue elegido dos veces como senador y, en 1918, ministro de
Estado.
Químico, industrial, filántropo, político.
Sin duda Ernest Solvay fue un Hacedor de la Ciencia y un gran hombre,
motivo por el que viene a este negro sobre blanco.
3 comentarios :
Ya no escribe del cerebro que lo dejó nada más empezar
Discrepo con la información que describes sobre Solvay.
Segú el artículo, "fue pionero en los beneficios sociales de los empleados", y no es así.
Y son informaciones que conozco de primera mano, ya que me mandaron a hacer prácticas en esta empresa, concretamente, a su delegación de Blanes (Girona). Y incumplieron TODOS los acuerdos escuela - empresa, haciendo cosas que rozan la legalidad, y a mí no me hicieron ningún tipo de tarea relacionada con lo que estaba estudiando (legalmente, sí un estudiante le mandan a la empresa a hacer practicas, debe hacer tareas relacionadas con sus estudios, se o no sea remunerado). A todo esto, la empresa recibió subvenciones por ello (la Generalitat de Catalunya da subvenciones a las empresas para que acojan a estudiantes en prácticas).
Espero que el tiempo coloque a cada uno en su lugar...
Debes de leer con más atención. Se refiere a las empresas creadas hace más de un siglo ¡Qué culpa tiene Solvay de lo que hagan ahora!
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