viernes, 9 de diciembre de 2011

Condena a Power Balance (I)


Un seguidor de Enroquedeciencia me escribe acerca de la reciente sentencia que un tribunal de los EEUU ha emitido contra la empresa Power Balance.

Que es la comercializadora de las pulseras de siliconas con hologramas del mismo nombre y responsable de la publicidad engañosa con la que fueron vendidas.

Un fraude de ley por el que ha sido condenada a indemnizar con 57,4 millones de dólares al grupo de consumidores que le pusieron una demanda colectiva al sentirse engañados y timados.

Ya dedicamos, el verano pasado, algunas entradas al fraude pulseril. En ellos argumentamos la absoluta carencia de base científica del supuesto poder salutífero de la susodicha pulsera de silicona, que estaba dotada de un supuestamente energético holograma.

Un timo en toda regla y a gran escala, económica y mundial, ya que Power Balance ha llegado a vender millones de pulseras del falso equilibrio en todo el planeta.

De ahí que no le dediquemos más tiempo a ese aspecto del asunto. Hoy voy a completarles la información de la sentencia.

Sentencia condenatoria
Recordarán que la compañía afirmaba que el uso de la pulsera equilibraba la energía natural del cuerpo, mejorando su flexibilidad y fuerza, gracias al holograma de marra que portaba. Una estafa con ánimo de lucro al pensar de los demandantes.

Un pensar que, por la sentencia emitida, comparte el tribunal que ha juzgado la demanda. Les obliga a indemnizar, a los compradores de las pulseras, con unos 42 millones de euros. Un duro varapalo económico para cualquiera y que, al parecer, la ha situado al borde de la suspensión de pago.

Un punto éste, el de quiebra, que la compañía desmiente, aunque sí se ha apresurado a emitir un comunicado público, del que les extraigo los siguientes párrafos:

“Hemos asegurado en nuestra publicidad que las pulseras Power Balance mejoran la fuerza, el equilibrio y la flexibilidad.

Admitimos que no hay pruebas científicas creíbles que apoyen nuestras afirmaciones y, por tanto, hemos incurrido en conducta engañosa en contra de la sección 52 de la Ley de Prácticas Comerciales de 1974.

Si usted siente que ha sido engañado por nuestras promociones, queremos pedirle disculpas sin reservas y ofrecerle un reembolso completo”.

En fin. Un pretendido “yo confieso” mas, es sabido, que a la fuerza ahorcan. (Continuará)



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