Un seguidor de
Enroquedeciencia me escribe acerca de la reciente sentencia que un tribunal de
los EEUU ha emitido contra la empresa Power
Balance.
Que es la
comercializadora de las pulseras de siliconas
con hologramas del mismo nombre y
responsable de la publicidad engañosa con la que fueron vendidas.
Un fraude de ley
por el que ha sido condenada a indemnizar con 57,4 millones de dólares al grupo
de consumidores que le pusieron una demanda colectiva al sentirse engañados y
timados.
Ya dedicamos,
el verano
pasado, algunas entradas al fraude pulseril. En ellos argumentamos la absoluta carencia de base científica del
supuesto poder salutífero de la susodicha pulsera de silicona, que estaba dotada
de un supuestamente energético holograma.
Un timo en toda
regla y a gran escala, económica y mundial, ya que Power Balance ha
llegado a vender millones de pulseras del falso equilibrio en todo el planeta.
De ahí que no le
dediquemos más tiempo a ese aspecto del asunto. Hoy voy a completarles la
información de la sentencia.
Sentencia
condenatoria
Recordarán que
la compañía afirmaba que el uso de la pulsera equilibraba la energía natural del cuerpo, mejorando
su flexibilidad y fuerza, gracias al holograma de marra
que portaba. Una estafa con ánimo de lucro al pensar de los demandantes.
Un pensar que,
por la sentencia emitida, comparte el tribunal que ha juzgado la demanda. Les
obliga a indemnizar, a los compradores de las pulseras, con unos 42 millones de
euros. Un
duro varapalo económico para cualquiera y que, al parecer, la ha situado al
borde de la suspensión de pago.
Un punto éste,
el de quiebra, que la compañía desmiente, aunque sí se ha apresurado a emitir
un comunicado público, del que les extraigo los siguientes párrafos:
“Hemos
asegurado en nuestra publicidad que las pulseras Power Balance mejoran la
fuerza, el equilibrio y la flexibilidad.
Admitimos
que no hay pruebas científicas creíbles que apoyen nuestras afirmaciones y, por
tanto, hemos incurrido en conducta engañosa en contra de la sección 52 de la
Ley de Prácticas Comerciales de 1974.
Si
usted siente que ha sido engañado por nuestras promociones, queremos pedirle
disculpas sin reservas y ofrecerle un reembolso completo”.
En fin. Un
pretendido “yo confieso” mas, es sabido, que a la fuerza ahorcan. (Continuará)
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