Les traigo una biografía ilustrada sobre el matemático italiano Leonardo Fibonacci (1170-1250), recomendable para casi todas las edades.
Su autor, Joseph D'agnese, comienza hablando de
un niño que
en la Italia
medieval, no tenía otro pensamiento en su cabeza que los números.
Un soñador al que, como hoy sigue ocurriendo, la gente no comprendía.
Un soñador al que, como hoy sigue ocurriendo, la gente no comprendía.
Un niño que
al crecer y viajar, descubrió
que existían otras maneras de escribir los números y estudió todo lo que pudo
sobre ellos.
Aprendió el sistema de numeración árabe y
comprendió sus ventajas sobre el romano. A él debemos su introducción en
Occidente y el posterior asentamiento del cálculo con cifras indo-arábigas.
Una
idea que muchos de sus
contemporáneos consideraron estúpida, tildándole a él de soñador.
No obstante
el tiempo terminó por darle la razón y ese sistema de numeración indo-arábigo, que
emplea notación posicional de base
10 o decimal, y un dígito de valor nulo, el cero, está extendido por todo el mundo.
Fibonacci
jamás perdió la curiosidad y la capacidad de observación. Pronto descubrió que
muchas cosas en la naturaleza, desde el número de pétalos en una flor a la
espiral de una concha, parecen seguir un patrón numérico determinado.
Que los
números se encuentran en la naturaleza, en la poesía o en la música, y que
existe una armonía matemática en el universo.
Con el
tiempo, el niño que soñaba con los números, había descubierto lo que hoy
conocemos como Secuencia de Fibonacci.
Casi cuatro siglos después, el gran Galileo Galilei (1564-1642) astrónomo y físico italiano nos lo dejaba escrito: “El gran libro de la Naturaleza está escrito en símbolos matemáticos”.
Casi cuatro siglos después, el gran Galileo Galilei (1564-1642) astrónomo y físico italiano nos lo dejaba escrito: “El gran libro de la Naturaleza está escrito en símbolos matemáticos”.
Pues de todo
esto habla J. D'agnese. No solo rescata a este casi
desconocido matemático medieval, considerado uno de los mayores matemáticos de
la Historia, sino que nos pone de manifiesto la presencia de la Ciencia en la vida cotidiana.
Tan interesante
texto se
acompaña de evocadoras
ilustraciones de O´Brien y unos
ejercicios al final del libro. Complementos ideales de este volumen indispensable
para lectores inquietos que disfrutan aprendiendo. Recuerden:
Fibonacci (El soñador de números)
de J. D'agnese, ilust. por J. Obrien.
Juventud 2011. 40 pp., 13 €
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