(Continuación) Sin
embargo, a pesar de todo, Lovell,
como comandante de la nave, comunicó al control de la NASA que la misión continuaba dentro de los parámetros previstos.
Y así debía ser
ya que, unas cincuenta y cinco horas después (55 h), se realizaba una
transmisión de televisión en vivo, que duró cerca de una hora (1 h).
Supuestamente la
razón era técnica, ya que estaba encaminada a “demostrar la comodidad con la que se puede vivir en el espacio”.
En realidad el motivo de tal retransmisión eran otro y obvio: pura propaganda
política. Elemental.
Pero por
desgracia, las cosas no iban tan bien como pensaba Lovell. Nueve minutos (9
min) después de haber terminado la transmisión, Swigert recibió la orden de remover los tanques de oxígeno. Y
empezó con el ´de segunda mano` heredado del Apolo XI.
No había hecho
más que empezar cuando éste explotó y con él el resto de tanques. Las células de
combustible que proporcionaban electricidad, agua, oxígeno y luz dejaron de
funcionar.
La nave perdió
el rumbo hacia el satélite y se encontraba a 320 000 km de distancia de la
Tierra. Un auténtico desastre en la soledad del espacio.
Como
consecuencia de la explosión, la cubierta de un lado del módulo de servicio se
rompió en cientos de trozos que, a modo de estela, daba a la nave la apariencia
de un pequeño cometa.
Fue cuando
Swigert, con la luz de alarma encendida en el panel de control del maltrecho
módulo e inmediatamente después de la explosión, exclamó aquello de: “Houston, tenemos un problema”.
Una frase que, estoy
seguro, todos hemos oído en más de una ocasión. No en vano es ya un clásico en
el mundo de las citas. No es raro verla utilizada para dar cuenta, de manera
informal, del surgimiento de un problema imprevisto.
Una cita que es
cierta en el fondo, pero que está errada en la forma.
“Okey. Houston, tenemos un problema aquí”
Esta es la forma
correcta en la que fue emitida por Swigert inmediatamente después de la
explosión. Ocurrió a las 21:08 horas del 13 de abril de 1970.
- “Ok, Houston, we've had a problem here”
(Bien, Houston, hemos tenido un problema aquí). Vino seguida de la de su
compañero Jim Lovell.
- “Uh, Houston, we've had a problema” (Uf,
Houston, hemos tenido un problema).
Para salvar sus
vidas, los astronautas tuvieron que utilizar el módulo lunar como vehículo
salvavidas y emplear las escasas reservas de oxígeno y energía de la que
disponían, para intentar recorrer los 320 000 km que les separaban de la
Tierra.
Los problemas
causados por la explosión fueron: pérdida de energía, falta de agua
potable, pérdida de temperatura
en la cabina y averías en el sistema de extracción de dióxido de carbono, CO2. (Continuará)
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