jueves, 1 de septiembre de 2011

Los Machado (VI)


(Continuación) Aunque he tardado, aquí estoy para cumplir con lo comprometido. Hablarles de la señora Cipriana y de su hijo Antonio Machado Álvarez, Demófilo.
Cipriana Álvarez Durán (1827- ¿?)
Les dije que fue una pintora de talento y gran folklorista, pero no que era sobrina del famoso polígrafo Agustín Durán, uno de los primeros recopiladores y estudioso de nuestro Romancero y autor de la más famosa colección de romances del siglo XIX.
Un familiar que influyó mucho en Cipriana quien, desde joven, sintió un gran interés por la literatura popular. De hecho sus nietos Manuel y Antonio aprendieron a leer en el Romancero de su tío-abuelo Agustín.
En realidad la abuela Cipriana ejerció una gran influencia sobre toda la familia. Sobre toda. Ella fue la base material y física del hogar de los Machado. 
Del matrimonio nació un único hijo, Antonio, padre de los poetas Antonio y Manuel. Por él sabemos que “Creer en las pérfidas insinuaciones de un adulador, es como beber veneno en copa de oro”.
Antonio Machado Álvarez (1848-1893)
O Demófilo, el “amigo del pueblo” como él mismo se denominó.
El primer gran flamencólogo español, autor de un recopilatorio de coplas del cante que, pronto, se convirtió en el punto de arranque de todos los estudios posteriores que se han  realizado sobre el flamenco.
Fue también un buen escritor y extraordinario folclorista que, sin embargo, no obtuvo el reconocimiento social que mereció su gran labor.
No sólo de propagación del folklore, sino también de denuncia de “contaminación” del flamenco. Contaminación del flamenco, ya en aquellos tiempos, y les estoy hablando de finales del siglo XIX.
Hoy día, a la contaminación del flamenco de Demófilo, algunos lo llaman “música-fusión”. Una mera cuestión de uso de términos, más o menos “políticamente correcto”.
Pero nada nuevo bajo el Sol, que dijo el clásico.
Folk-Lore
Así es como a  Demófilo le gustaba escribir la palabra folklore, quizás en un intento de darle un significado diferente al que hasta ese momento tenía.
Etimológicamente la palabra folk significa ‘popular’ y lore ‘ciencia o saber del pueblo’.
De modo que el término Folk-lore hace referencia al conjunto de tradiciones, creencias y costumbres de las clases populares; a esas expresiones (relatos, canciones y refranes) del pueblo, conservadas y trasmitidas de generación en generación.
Curiosamente un significado bien alejado del peyorativo o menospreciativo que se solía emplear en aquella época, y que aún hoy se emplea.
Antonio Machado Álvarez tenía una concepción muy moderna sobre este saber, que él consideraba una ciencia social más. (Continuará)


1 comentario :

Anónimo dijo...

¡Ya era hora que lo continuara! Espero que esta vez lo acabe