Ha leído bien, en un mismo párrafo aparecen juntos, de un lado, uno de los principales movimientos artísticos del siglo XIX, en particular en la pintura, lo hizo durante una década del último cuarto de siglo. Y de otro, uno de los pilares de la física moderna junto a la relatividad y la teoría del caos, me refiero a la física cuántica de finales, finales, del mismo siglo, diciembre de 1900. Arte y ciencia de la mano, humanidades pues; empecemos esta conjunción por el primero.
Impresionismo (1872-1882)
Una pintura impresionista que nace como reacción al academicismo
imperante durante siglos y que, es curioso, toma su nombre de ‘Impresión,
sol naciente’, título de uno de los cuadros más destacados del pintor
parisino Claude Monet (1840-1926) expuso en una muestra de artistas independientes
de 1874, estamos pues en su sesquicentenario (150.º).
Un cuadro que al ser visto por el crítico de arte Louis Leroy le generó un despectivo comentario en el periódico satírico Le Charivari, al considerar que dicha obra y las demás expuestas no eran dignas de llamarse arte. Una pieza burlona titulada La exhibición de los impresionistas con la que ridiculizaba la exposición y etiquetaba al grupo de pintores como “impresionistas”.
Entre los que se encontraban Paul Cézanne, Edgar Degas, Berthe Morisot,
Camille Pissarro, Pierre-Auguste Renoir o Alfred Sisley; o sea que el nombre
deriva del de una pintura y el desprecio de un crítico por ella, lo que resulta
curioso si vemos el nivel de los despreciados.
Luz e instante
Unos pintores que aspiraban a reproducir en
sus obras la “impresión” vital que les causaba el mundo, a pintar la luz en el
momento exacto en que lo observaban, sin importar demasiado la identidad de
aquello que la reflejaba; y que en principio utilizaron el nuevo término
pictórico “impresionismo” para resignificarse y burlar así al artículo burlón.
El burlador burlado.
Y desde el punto de vista artístico solo luz e instante, sin importar los elementos materiales porque solo interesa la impresión visual que causan, energía y tiempo, una economía de medios que implica que las partes inconexas del cuadro tengan que dar lugar a un todo unitario.
Un estilo pictórico que experimenta con la interacción
de la luz sobre los cuerpos a base de pinceladas discontinuas y que un tiempo
después, ya en el siglo XX, se denominaría “pincelada gestáltica”, aludiendo a
la psicología de la Gestalt corriente de la psicología moderna
nacida para demostrar científicamente que ‘el todo es más que la suma de sus
partes’.
En nuestro caso que las manchas de colores, dispersas en apariencia, llegan a ser percibidas
por nuestro cerebro de una manera unitaria. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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